Lo de Ter Stegen es digno de estudio. El cancerbero alemán se las sigue ingeniando para acompañar a Leo Messi como la pieza fundamental del FC Barcelona esta temporada 2019-20, y a cada partido demuestra que es en la actualidad el mejor portero del mundo. Este domingo, antes de que se cumpliera la primera media hora de juego en el Wanda Metropolitano, volvió a ejercer de ángel de la guarda.
El germano sacó con el talón un disparo de Mario Hermoso a bocajarro, y el central del Atlético de Madrid no se lo podía creer. Se llevó las manos a la cabeza, masculló palabras ininteligibles y se lamentó para sus adentros, consciente de que un milagro -o en su caso la mala suerte- se había interpuesto entre él y el gol. Ter Stegen lo había vuelto a hacer: cuando peor lo estaba pasando el Barça, le salvó de recibir en contra una diana cantada.
El Atlético llevaba toda la primera parte apretando la salida de balón azulgrana, y poniendo contra las cuerdas al equipo de Valverde. Pese a los acercamientos 'colchoneros', sin embargo, Ter Stegen se transformó en el de casi siempre y, como ha sucedido ya en muchos partidos esta temporada, impidió que el equipo rival se aprovechase de las debilidades defensivas de su equipo.
Porque lo cierto es que la defensa formada por Piqué, Lenglet, Junior y Sergi Roberto fue un coladero en la primera mitad, especialmente por la banda del hispano-dominicano. Trippier y Correa hicieron mucho daño, y permitieron que jugadores como Joao Félix y Morata recibiesen con demasiada facilidad en los aledaños del área de Ter Stegen.
Los paradones de Ter Stegen, revitalizadores para el Barça
Por más que se acercasen a su 'casa', sin embargo, la portería de Ter Stegen se mantuvo impenetrable durante el primer tiempo. El paradón de Ter Stegen a Hermoso, además de 'activar' mentalmente a sus compañeros, sirvió para que Leo Messi y los hombres de la delantera culé apareciesen más en los minutos siguientes, al ser conscientes de que tenían que recuperar el control del juego. En el minuto 40 de partido, por si fuera poco, llegó otro paradón descomunal del alemán, esta vez para desviar un cabezazo de Morata.
Poco a poco, el FC Barcelona fue disponiendo de posesiones más largas y un juego más pausado, con un Barça que fue despertándose con las 'bofetadas' y empezó a carburar como se espera del equipo en partidos tan exigentes como el de este domingo. Messi, con su inteligencia habitual, empezó a encontrar espacios y apareció para recibir más por dentro. ¿Habría pasado lo mismo sin los paradones de Ter Stegen?