Los motivos por los que Grimaldo no tuvo una oportunidad en el Barça

Alejandro Grimaldo fue en su día una de las grandes promesas de la cantera del FC Barcelona. El lateral zurdo parecía tener potencial y cualidades suficientes como para poder llegar al primer equipo, pero pese a eso ni siquiera llegó a tener una oportunidad con los mayores. En 'Mundo Deportivo' han contado los motivos por los que el carrilero del Benfica, rival del Barça en Champions League, se acabó yendo por la puerta de atrás.

El defensa llegó al filial y se asentó en el carril izquierdo mostrando una facilidad tremenda para subir la banda y ser importante en ataque. Sin embargo, Luis Enrique​, en ese momento entrenador del Barça, no quiso contar con él por motivos de indisciplina. El carácter del valenciano no era el mejor y el técnico asturiano siempre le vio demasiado prepotente para darle minutos en la primera plantilla.

Eusebio Sacristán, míster del B en esa época, también tuvo algún problema con él por su forma de ser. Aunque fue clave para su esquema, el vallisoletano tuvo que apartarle del equipo en varias ocasiones por su actitud fuera del terreno de juego e incluso por infringir el código interno del club. Problemas extradeportivos que acabaron dejándole sin opciones de triunfar en el FC Barcelona, que era su deseo.

En el mencionado periódico aseguran que no se tomaba los entrenamientos en serio y que incluso fardaba de su sueldo, que era de un millón de euros. Para apuntarse al fisio, Grimaldo firmaba con '1M', en referencia a su sueldo. Un chiste que muchos compañeros le reían, pero que otros tanto no soportaban. Luis Enrique estaba en este segundo grupo y es por eso por lo que ni siquiera quiso darle ocasión de jugar a sus órdenes.

Grimaldo llegó a retar a Luis Enrique

Al ahora seleccionador de España le dio igual que el lateral se saliese en el filial y nunca quiso contar con él. Algo que no le gustó nada al carrilero, que incluso cargó contra él siendo aún jugador del Barça en octubre de 2015. "Nunca me ha dicho nada, no he tenido ningún contacto con él. Tampoco tengo nada que hablar con él. Yo trabajo con mi míster. Me llevo muy bien con él, me ayuda en todo y me ayuda a ser mejor. Que el de arriba esté con sus jugadores y yo estaré con mi equipo", afirmó Alejandro.

Esas declaraciones terminaron de firmar su sentencia en el Barcelona, por lo que el defensa decidió marcharse a final de esa misma campaña. Se negó a renovar acabando contrato ese verano, y en enero de 2016 la entidad aceptó una oferta del Benfica de 2 millones de euros para que no se fuese gratis. Desde entonces juega en Portugal, donde ha ido a más con el paso de las temporadas y ha demostrado que en ataque es un gran carrilero. Este martes se enfrentará a su Barça e intentará cobrarse las cuentas pendientes que tiene.