El FC Barcelona vuelve a enfrentarse a un momento clave para su futuro, y en el verano 2020 pretende reformar su plantilla. Los catalanes intentarán romper con la mala planificación reciente y reforzar un proyecto que se ha ido debilitando, para asegurar que su racha de éxitos se mantiene a corto plazo y que en los próximos años, tras despedirse de una generación de oro, seguirán siendo competitivos en la lucha por los títulos.
La crisis del coronavirus se ha convertido en otro obstáculo en un proceso delicado, y ha obligado a ajustar la estrategia de fichajes. Hasta que se ponga fin al parón de las competiciones y haya certezas sobre su impacto económico, se han frenado las incorporaciones y se centrarán los esfuerzos en tres prioridades. Las necesidades básicas pasan por Neymar, Lautaro Martínez y un central que está por concretar.
En estas circunstancias, toca recordar más que nunca que la Masia supone un arma importante para los azulgrana, y que permitiría hacer frente a las dificultades con un margen más amplio de maniobra. Es evidente que no todos los jugadores valen y que la exigencia del Camp Nou es máxima, pero antes que realizar gastos innecesarios, convendría hacer alguna que otra prueba con las perlas que ya empujan en el filial.
Las razones del Barça para mirar a la Masia
Estilo
El estilo del Barça es muy peculiar, y los que vienen desde abajo tendrían menos problemas para adaptarse. Las dudas que mostraron estrellas como Philippe Coutinho o Antoine Griezmann no las tienen los canteranos, cuya prioridad es sacudirse los complejos y ganar naturalidad en un sistema que ya conocen de todos los escalones que han ido subiendo. Eso no es una garantía absoluta, pero si una ayuda importante.
Implicación
Aunque el club ha reclutado a jugadores comprometidos con la causa, no hay mayor implicación que el sentimiento de muchos años, ya sea de aquellos que son culés de toda la vida o de los que ganaron su amor por todo lo vivido en la Ciudad Condal. Andrés Iniesta es una muestra de ello porque ha confesado alguna vez que de pequeño apoyaba al Real Madrid, pero no hay duda que en momentos complicados, la diferencia entre entender esto como un trabajo o como algo más puede notarse sobre el terreno de juego.
Sin costes
En el rompecabezas económico de los azulgrana, son claves incorporaciones de calidad que pueden llegar a coste cero. Es necesario que los entrenadores estén convencidos y se atrevan a dar oportunidades, pero nombres como Riqui Puig y Álex Collado ya asoman en el centro del campo y Oriol Busquets ha presentado candidatura para relevar a un Sergio con el que comparte apellido. Eso ayudaría a limitar gasto, y el ejemplo lo pone Junior Firpo. Pese a ser un carrilero prometedor, la presión se lo ha comido, y su papel bien podría haber sido para Juan Miranda o Marc Cucurella, que están fuera del club mientras el hispano-dominicano costó casi 30 millones de euros.
Posibilidad de ingresos
Si los jóvenes juegan y se revalorizan, pueden convertirse en una excelente fuente de ingresos, sin necesidad de que esto sea tendencia. En el momento en que su trayectoria se corte, quede limitada o no sean lo más adecuado para el bien del colectivo, se les puede ofrecer una salida, pero eso no significa que todos deban jugar y marcharse para financiar fichajes. En su justa medida, se podría encontrar una vía interesante para reforzarse deportiva y económicamente.
Aumentar compromiso
En los últimos años han aumentado las dudas y discusiones en la Masia, y si se confía en la cantera, estas podrían quedar zanjadas. Apostar por más talento de casa podría ser la solución para las categorías inferiores, en las que las perlas se lo pensarían dos veces antes de aceptar ofertas millonarias si estuvieran convencidos de que, llegado el momento, tendrán su oportunidad de demostrar que valen para el primer equipo.