Ousmane Dembélé se ha convertido en un futbolista de cristal en su etapa en el FC Barcelona. El francés nunca había sido propenso a las lesiones, pero desde que aterrizó en Can Barça todo ha cambiado y su físico ha pasado a ser el más endeble del equipo y uno de los más flojos de Europa.
El extremo francés suma ya ocho lesiones desde que llegó al Barça en 2017 y se ha perdido 46 partidos por lesión. Con este último que no ha podido disputar contra el Getafe, el galo ha vuelto a dejar claro que su físico ahora mismo no da para más. Tras regresar de su baja contra el Villarreal, ha caído una vez más solo un choque después.
En el Borussia Dortmund, el delantero apenas se lesionó y nunca dejó muestras de ser de cristal. Es por eso por lo que es tan extraño que en solo dos campañas y poco se haya vuelto un futbolista tan frágil. Perderse casi 50 partidos en solo dos años y menos de dos meses es muy alarmante teniendo en cuenta que solo tiene 22 años.
En el curso 2017-2018, Dembélé se perdió un total de 27 choques por dos lesiones. La primera fue por dolencias en el muslo, justo como lo que le pasa ahora mismo, y llegó a perderse más de tres meses de competición. La segunda fue por un desgarro muscular que le mantuvo fuera durante casi un mes.
En la campaña 2018-2019, el extremo tuvo tres lesiones distintas. La primera fue de tobillo y por culpa suya se perdió cinco choques. En la segunda sufrió otro desgarro muscular que le mantuvo de baja cuatro encuentros. Por último, en la última estuvo fuera otros cuatro partidos por otra lesión en el muslo.
El muslo, el talón de Aquiles de Dembélé
El muslo está siendo el gran quebradero de cabeza del galo, ya que los seis partidos que se ha perdido en este inicio de competición han sido por dolencias ahí. Los servicios médicos del club no saben qué le pasa y habrá que ver cuánto está de baja tras esta última lesión.