En un partido la mar de igualado entre FC Barcelona y Nápoles, el segundo que disputaban esta semana en Estados Unidos, Luis Suárez fue el encargado de desequilibrar el marcador entre ambos equipos. Fue en el segundo tiempo, a poco de comenzar a rodar de nuevo el balón, cuando Griezmann protagonizó un disparo rechazado por el portero que el charrúa recogió para enviarlo al fondo de las mallas.
Apenas diez minutos después, recibió un pase preciso de Ousmane Dembélé para clavar un disparo en la escuadra de la portería de Meret. Dos jugadas y dos goles para un 'pistolero' que ha llegado con las armas muy bien cargadas tras el paso por las vacaciones.
Luis Suárez necesitaba descansar y recuperarse como es debido de su última lesión sufrida la pasada temporada. En el Trofeo Joan Gamper ya quedó comprobado que había regresado a la disciplina culé en un gran estado de forma, y este sábado se ha confirmado que el FC Barcelona vuelve a tener en sus filas a uno de los mejores delanteros centros del mundo.
Su primera diana al Nápoles llegó tras un balón que el guardameta rival le dejó franco en boca de gol. Los jugadores del equipo italiano protestaron que había fuera de juego previo de Antoine Griezmann, pero el colegiado decidió dar la diana por válida y con ello empezó el declive de los de Ancelotti. Unos minutos después fue Griezmann quien perforó la portería a pase de Jordi Alba, y después volvió a llegar el turno del charrúa.
Luis Suárez colocó el disparo desde fuera del área en la escuadra, ajustándolo para que Meret no pudiese llegar pese a su gran estirada. El tiro con rosca de 'Luisito' desató la locura en el Michigan Stadium, donde muchos aficionados uruguayos se habían dado cita para animar al goleador azulgrana en ausencia de Leo Messi, quien teóricamente debía ser el gran reclamo mediático del partido.
Hay vida para el Barça más allá de Messi
Pero su amigo cogió el relevo y, junto con Griezmann y Dembélé, vapuleó a un Nápoles irreconocible en la segunda parte. La defensa del equipo partenopeo se derrumbó ante la calidad y los movimientos de los atacantes del Barça, quienes demostraron que hay vida más allá de Messi. O al menos eso es lo que parece de cara a esta temporada 2019-20. Crece la ilusión.