Ousmane Dembélé y su tremendo cambio de actitud

La temporada no comenzó bien para un Ousmane Dembélé que fue considerado prácticamente un descarte por Ronald Koeman. El técnico holandés estaba dispuesto a aceptar que el extremo galo se quedara en el equipo, pero autorizó su venta o cesión al Manchester United para poder hacerle hueco a Memphis Depay​. Pero el 'mosquito' siempre tuvo claro que quería triunfar con la camiseta del FC Barcelona.

Ousmane Dembélé partió de suplente, con Ronald Koeman recalcando públicamente que partía por detrás de otros compañeros suyos y que le hacía falta trabajo defensivo. Sin embargo, en cuatro meses, la situación del extremo francés ha cambiado por completo y ahora es un jugador imprescindible en el FC Barcelona, ayudado también por su cambio de suerte con las lesiones y también en su actitud.

En la presente campaña, Ousmane Dembélé solamente ha tenido una lesión muscular y lo cierto es que da la sensación de ser un futbolista mucho más curtido físicamente. Además, su mentalidad parece haber dado un vuelco: ha pasado de ser ese joven irresponsable que llegaba tarde y se atiborraba de comida basura a un ganador nato totalmente decidido a brillar y a incrementar sus galones en el FC Barcelona.

Las últimas actuaciones de Ousmane Dembélé han sido simplemente una maravilla, aportando esa velocidad, ese desborde y esa serenidad que enamoró al FC Barcelona cuando lo trajo procedente del Borussia Dortmund. A finales de 2020 ya estaba dando pinceladas de ese gran jugador que podía ser, pero en este inicio de 2021 está demostrando que ganar títulos va a pasar muy probablemente por sus botas.

Una imagen que debe alegrar al barcelonismo

En la semifinal de la Supercopa de España contra la Real Sociedad, Ousmane Dembélé, además de dar un paso adelante y ser el jugador ofensivo más influyente en ausencia de Leo Messi,​ dejó una imagen que refleja a la perfección su cambio de actitud. Fue en la prórroga, tras un jugadón en el que casi marca y que terminó con el francés tendido en el suelo a causa de dolores musculares.

El barcelonismo temía otra lesión de Ousmane Dembélé y Ronald Koeman también, por lo que puso a calentar a Junior Firpo. Cuando el francés lo vio, se le fueron todos los dolores: empezó a correr por la banda para pedirle al técnico que detuviese el cambio y que quería seguir en el campo. Después, casi vuelve a marcar, aunque el gol no llegaría en la tanda de penaltis, en la que amagó con tirar con la izquierda y lo hizo con la derecha. Fue la voluntad de ser importante y de saber que este equipo funciona mucho mejor cuando él está bien. Que no pierda estas ganas.