Pablo Torre cerró su temporada y la del FC Barcelona con una demostración de toda su calidad desde el Estadio Nacional de Tokio. Sus dos asistencias, a Kessié para el 0-1 y Eric Garcia en el 0-2, demuestran que es un jugador con un talento distinto y sobre todo una visión de juego y pegada que puede caer muy bien en el equipo azulgrana de cara al futuro.
El futbolista de 20 años se llevó muchos de los focos que eran para Andrés Iniesta en su despedida del equipo asiático, así como de nombres mucho más consagrados como Lewandowski, De Jong o el propio Ansu Fati, quien no pudo destacar demasiado en el que pudo haber sido su último partido vestido de azulgrana. Por lo contrario, el mediocampista ya al minuto 2 estaba estrellando un balón contra la madera en un disparo con el que cruzó toda el área rival de izquierda a derecha.
El cántabro, casi en un abrir y cerrar de ojos, puso el 0-2 para los de Xavi cuando aún no se alcanzaba el minuto 20 de partido. Primero, pasado el cuarto de hora, metió una gran asistencia para dejar solo a Kessié, que batió con mucha calma al portero nipón. Casi de inmediato, Torre volvió a mostrar su gran golpeo al enviar un tiro de esquina casi perfecto que remató de cabeza Eric Garcia.
El santanderino, que solo ha jugado poco menos de 350 minutos oficiales esta temporada con el primer equipo, aprovechó el amistoso para brillar y dejar muestras de su calidad, sabiendo además que tiene muchos números para salir cedido durante el verano. Con la llegada de Gündogan, Neves y algún mediocentro la realidad es que se quedaría sin lugar, aunque ha confirmado que el Barça debe tener paciencia con su talento.
El partido también permitió el debut del mexicano Julián Araújo, quien tuvo un partido correcto pero sin demasiadas complicaciones para medir su trabajo defensivo, aunque ciertamente jugó un tiempo en cada banda, un punto muy importante. Junto al ex Los Ángeles Galaxy y Torre también comenzaron el partido los debutantes Pau Prim y Dani Rodríguez, ambos reemplazados en el descanso del partido.