Tras una semana con muchos elogios, la sufrida remontada en Getafe y la contundente goleada al Eibar han demostrado que este Barça tiene recursos. Uno de ellos es un recién llegado, Paulinho, que parece empeñado en acallar las críticas que levantó su fichaje a base de goles. El brasileño aún no ha encontrado su sitio en el once, pero de momento está convenciendo a su manera.
Y es que en el Camp Nou ha quedado reflejado que al centrocampista todavía le queda trabajo para adaptarse al sistema táctico de Ernesto Valverde. Prueba de ello es que apenas ha participado en las tareas de construcción, y es que la sala de máquinas ha quedado en manos de Iniesta, Busquets y Leo Messi. El de Sao Paulo a menudo pierde su posición y se marcha a ocupar huecos en defensa o a tratar de incorporarse al ataque, algo que se puede permitir dada su impecable condición física.
Sin embargo, Paulinho no ha necesitado encajar en el once para demostrar que sus condiciones son muy válidas para el conjunto catalán, algo que hasta la fecha se ha ganado a base de goles, uno de ellos salvador y otro que ha dado tranquilidad. Pero no sólo eso, y es que el brasileño también ha demostrado una gran inteligencia a la hora de posicionarse, aunque sea según sus criterios. Su movimiento para liberar a Messi en la jugada del 3-0 ha sido digno de mención, y a menudo se le ha podido ver ocupando la posición de '9' en una delantera que hoy no tenía un perfil tan incisivo.
No será recambio de Busquets
Algo que también ha quedado patente es que Paulinho no parece ser un recambio para Busquets en el pivote, un papel que podría quedar reservado para Ivan Rakitic o Sergi Roberto, más habituados al sistema y más dados a guardar el equilibrio del equipo. El amplio recorrido de Paulinho y su anarquía serán aprovechables, pero más como un interior con llegada que como el '4' clásico que conoce el Barça.