Pedri González tiene sitio en este Barça, y lo está demostrando. El mismísimo Koeman le elogió en la rueda de prensa posterior al partido de este sábado frente al Getafe, algo destacable teniendo en cuenta que poco podía salvarse del partido, al menos en clave culé. La puesta en escena del joven jugador canario, que partió por primera vez en el once inicial, convenció al entrenador y también al barcelonismo en líneas generales.
Todos los comentarios en redes sociales fueron ilusionantes, reforzando así la idea de que Pedri fue de lo mejorcito del Barça durante el compromiso ante el conjunto azulón. Jugó 'liberado' en la posición habitual de Coutinho, la de mediapunta, desde donde supo repartir juego para sus compañeros gracias a su excelente técnica y visión de juego.
Pedri llegó a ceder una clarísima asistencia de gol a Griezmann que el francés no aprovechó en el primer tiempo, y estuvo muy atento tanto en la presión como en la creación de jugadas ofensivas, tejiendo muy bien las combinaciones de ataque y tomando decisiones a uno o dos toques, con lo que lograba dar frescura y velocidad al juego culé.
Tiene sólo 17 años, pero cuando uno le ve jugar se piensa que tiene muchos más. Pedri se ha tomado sus primeros partidos en Primera División como un reto mayúsculo, y por ahora lo está superando con nota. La joven promesa canaria tiene una pinta increíble, y Koeman deberá cuidarle y seguir dándole oportunidades, sea en el once titular o desde el banquillo, para que su llama acabe de prender y brille en todo el mundo.
Pedri sigue los pasos de Iniesta
En la primera mitad, casi todas las jugadas ofensivas del Barça pasaron por las botas de Pedri, un catalizador de juego ofensivo que rindió a un grandísimo nivel antes de dejar su puesto a Coutinho entrada la segunda mitad, ya con un gol en contra y ante la necesidad de remontar el resultado adverso. El Barça no consiguió puntuar finalmente en el Coliseum, pero al menos se llevó la buena noticia de que puede seguir contando con Pedri como jugador de presente y futuro.
No sólo no desentonó junto a sus compañeros, sino que en diversos momentos del partido se convirtió en una especie de faro para algunos de ellos, un contacto seguro sobre el cuál descargar el balón con la seguridad de que seguiría en posesión azulgrana. Si Pedri sigue progresando a este nivel, quién sabe si algún día puede compararse seriamente con su gran ídolo de infancia: Andrés Iniesta.