Gerard Piqué, imperial en los últimos partidos del FC Barcelona y muy seguro en todas sus acciones desde que empezó la temporada 2016-17, estuvo a punto de perjudicar al Barça en una de las primeras internadas ofensivas del Borussia Mönchengladbach durante el partido de este miércoles en el Borussia Park, correspondiente a la segunda jornada de la fase de grupos de la UEFA Champions League 2016-17.

El central azulgrana se tiró al piso y desvió con el brazo un centro prácticamente raso de Thorgan Hazard. Ni el árbitro Skomina ni su asistente marcaron penalti a favor del Borussia M'Gladbach, al entender que la mano de Piqué fue totalmente involuntaria, dado que pese a no estar lo suficientemente pegada al cuerpo tampoco podía hacerla desaparecer.

Los jugadores del Borussia M'Gladbach y el público protestaron en las gradas durante unos segundos, hasta que posteriormente el juego prosiguió y la jugada se olvidó, debido principalmente al vertiginoso ritmo del encuentro en todas las zonas del campo.

Piqué y el Barça, de esta forma, se salvaron de una situación peligrosa en los primeros minutos del partido en el Borussia Park. Aunque, sin duda, habría sido especial tener la oportunidad de ver a Ter Stegen detener un penalti contra el equipo en el que militó durante 18 años.