Todo empezó con Arturo Vidal. El centrocampista chileno cometió al cuarto de hora de partido un penalti inocente sobre Carrasco, al derribar al atacante 'colchonero' con una 'patadita' que nadie protestó. Pena máxima bien arbitrada por Hernández Hernández, quien no dudó a la hora de señalar el punto de penalti. Diego Costa no se escondió y, tras haber marcado en propia portería, cogió rápidamente el balón.
El hispano-brasileño venía con la sangre caliente tras el fallo previo, y esa distorsión emocional -junto con el acierto de Ter Stegen- provocó que el alemán le leyese las intenciones, deteniendo el lanzamiento. El caso es que Hernández Hernández, avisado por Mateu Lahoz desde el VAR, mandó repetir el penalti para incomprensión total de los jugadores del FC Barcelona.
La repetición justificó la decisión de los colegiados: Ter Stegen tenía ambos pies ligeramente adelantados, sin pisar la línea de gol, justo antes de saltar para detener el penalti de Diego Costa. La norma dice que al menos uno de los dos pies tiene que pisar la línea durante el lanzamiento, así que el penalti tuvo que repetirse y esta vez fue Saúl Ñíguez quien cogió los galones. El centrocampista español no falló y el gol subió al marcador.
Teniendo en cuenta que la jugada está bien pitada, la polémica radica en la norma en sí. Y es que no son pocos quienes consideran que se trata de una norma injusta para los porteros, que ya tienen lo suficientemente complicado parar un penalti en condiciones normales. El mismo analista de 'Movistar', Gerard López, dio su opinión durante la retransmisión del partido: "Es una norma que penaliza demasiado a los guardametas", aseguró, posicionándose con otros jugadores como Santi Cañizares, también analista de la citada cadena televisiva.
Demasiada penalización para el portero
En este sentido, Gerard López propuso algo que quizá sería más justo: que el VAR analizase este tipo de acciones, pero sancionando sólo aquellas en las que el portero se adelante de forma flagrante. En el caso de Ter Stegen, el alemán tenía el talón adelantado tan sólo unos centímetros, o puede que ni eso, después de analizar todas las tomas de la jugada.
Sea como sea, el reglamento está como está y, con él en la mano, no se puede protestar la decisión de Hernández Hernández y de su homónimo en el VAR, Mateu Lahoz. El penalti se repitió correctamente y, en esta ocasión, Ter Stegen no pudo detenerlo. Lo ideal, en cualquier caso, sería que se valoraran tan al detalle este tipo de jugadas en todos los partidos. Y para todos los equipos.