Antoine Griezmann ha estado en el ojo del huracán desde que firmó su traspaso al FC Barcelona. El elevado precio de su cláusula de rescisión (120 millones de euros) para salir del Atleti, su incomodidad en el comienzo de su etapa como culé, en el vestuario y en el campo, sus alarmantes cifras goleadoras y la falta de brillo y precisión cuando se lanzaba al ataque causaron que el arranque del francés en el Camp Npu fuese de todo, menos sencilllo.
A 'Grizzie' se le criticó desde el comienzo, principalmente, por su poca presencia en la ofensiva y dificultad para definir. Aunque siempre ha sido muy participativo en la recuperación de balones y ayuda constantemente en la defensa, además de apoyar a sus compañeros en la delantera, en el seno del barcelonismo su figura fue muy discutida porque, a final de cuentas, el Barça le había fichado para que fuese una máquina de meter goles, como lo fue en su paso en el Atlético de Madrid y lo es con Francia.
Y es que el 'Principito' no se sentía cómodo con su posición, no se había asentado en el vestuario y le faltaba sentir el escudo azulgrana, pero ya lo está consiguiendo y sus actuaciones lo demuestran. Ante el Villarreal, fue la mayor prueba, pero no la única. Anotó un doblete, con definiciones fenomenales, en un partido que el Barça comenzó perdiendo tras el gol de Chukwueze. La reacción de los culés, sobre todo de Mingueza y Griezmann, fue inmediata y el marcador volvió a quedar en tablas 87 segundos después del tanto de los 'groguets'.
Sin esconderse, volvió al ataque y terminó una jugada de delantero puro para firmar la remontada del Barça. Se hizo con el balón que dejó Foyth en un error monumental del jugador del Villarreal, leyó el espacio que había dejado Asenjo y definió, sin complicarse, con fuerza y determinación para dejar la certeza de que, cuando está cómodo e inspirado, se le caen los goles. Unos días antes, frente al Getafe, provocó un penal y lo cobró él mismo.
En la final de la Copa del Rey, además, abrió la 'lata' para los azulgrana en la segunda parte, firmando tres partidos consecutivos marcando para el Barça, un reto que consigue por primera vez desde que llegó a la Ciudad Condal, en el verano de 2019, procedente del Atlético de Madrid.
La clave en el 'Caso Griezmann'
Lo cierto es que la mejora del 'Principito' en el último mes ha sido extraordinaria y va ligada con el hecho de que ha asumido que, a diferencia de lo que pasaba en el Atlético, en el Barça no tiene el rol protagónico principal. Sin embargo, eso le ha llevado a brillar desde la discresión y apareciendo en momentos importantes, por ejemplo, cuando Leo Messi no tiene su mejor aparición, como fue el caso en La Cerámica.
Su 'despegue' en el conjunto azulgrana podría aliviar las intenciones que tendría el club de ponerle en el mercado, recordando que desde hace meses se ha informado que Joan Laporta piensa en Griezmann como una pieza importante para hacer caja para cubrir, por ejemplo, el traspaso deseado por el Barça, de Erling Haaland.