¿Qué le pasa a Frenkie de Jong?

Frenkie de Jong llegó al FC Barcelona​ para mandar en el centro del campo culé esta temporada y otras diez más. El holandés costó más de 70 millones de euros y llegó al Camp Nou tras realizar una temporada extraordinaria con el mejor Ajax en muchos años. Los 'ajacied' se quedaron a las puertas de jugar la final de la Champions League y, liderados por el mediocentro, por Matthijs de Ligt o por Tadic, revolucionaron el mundo del fútbol la pasada campaña.

El de Arkel, tras un año así de fantástico, tenía la difícil misión de seguir rindiendo así en uno de los mejores y de los más exigentes clubes del mundo. Más de medio curso después de su aterrizaje en LaLiga se puede decir que el neerlandés todavía no se ha encontrado. Ha realizado varios choques excelentes y su nivel global es notable, pero la sensación es que no está dando ni una tercera parte de lo que dio en el Ajax el año pasado.

En el momento de la verdad, ante Nápoles y Real Madrid, el internacional 'orange' ha hecho dos partidos insulsos, muy lejos del nivel que puede dar y de lo que se le debe exigir. Si hay una palabra para describir sus últimas dos actuaciones podría ser irrelevante. El holandés no dejó nada reseñable ni ante napolitanos ni madridistas y pasó por los encuentros de puntillas, como no queriendo molestar. Ni él se ha adaptado a su posición en el Barcelona ni sus entrenadores están sabiendo adaptarse a él.

Ernesto Valverde le colocó como interior derecho puro en su etapa, mientras que Quique Setién le está mareando desde que se hizo cargo del puesto. El santanderino le ha colocado en varias posiciones y últimamente le está dando por ponerle escorado a una banda en un 4-4-2. No es extremo, pero tampoco mediocentro, que es el puesto donde brilló en Amsterdam. En el Bernabéu salió en la izquierda y casi siempre que recibió fue por delante del balón y, en muchas ocasiones, de espaldas a portería.

El '21' lo intentó, pero no se sintió cómodo en ningún momento y demostró que no le gusta estar en zonas tan adelantadas del campo. El mediocampista disfruta estando en contacto permanente con la pelota y desde esa posición no lo puede hacer. Además, jugar tan arriba limita mucho sus opciones de incorporarse desde atrás, ya que no le permite exhibir su gran conducción y su buen físico en carrera. Su actuación fue insustancial y dejó con un sabor de boca muy amargo.

Culpas repartidas, pero hay que mirar más al banquillo

La culpa de que De Jong no termine de dar su mejor nivel está repartida entre futbolista y los entrenadores, aunque probablemente habría que mirar más a los del banquillo, en este caso a Setién. Tener al que fue el mejor mediocentro de la pasada Champions y no colocarle donde mejor rinde no parece lo más recomendable. Quizás, si el neerlandés comenzase a jugar más centrado exhibiría el nivelón mostrado en el Ajax. También hay que exigirle más descaro a él, ya que está jugando a no fallar, algo que dice muy poco de él. Quedan tres meses para reconducir esta situación y comprobar si la primera temporada de Frenkie en el Barça queda para el recuerdo o para el olvido.