La continuidad de Ivan Rakitic en el FC Barcelona sigue estando en el aire. El centrocampista croata, al que le queda poco más de un año de contrato, es considerado transferible por parte del club, que quiere sacar algún rendimiento económico por él antes de que se le termine el contrato y se vaya con la carta de libertad. Por su parte, el jugador quiere quedarse y cumplir el año que le resta.
No obstante, ahora no parece momento para seguir pensando en el futuro, ya que el fútbol está de vuelta y, debido a las bajas, el croata está viendo cómo el protagonismo le vuelve. Las lesiones musculares de Sergi Roberto y Frenkie de Jong, la baja por acumulación de amarillas de Sergio Busquets o la inminente marcha de Arthur Melo a la Juventus han vuelto a situar a Rakitic en el primer plano.
Tanto es así que, en el partido contra el Athletic Club de Bilbao disputado en el Camp Nou entre semana, el croata marcó el único gol de los de Quique Setién. Un tanto que llegó más de un año después del último que había anotado -que había sido en un Clásico contra el Real Madrid en el Santiago Bernabéu la pasada semana- y que parece que le devolvió la moral que estaba perdiendo.
Contra el Celta de Vigo, por las bajas, el croata obtuvo su billete a la titularidad como mediocentro por delante de la defensa. En la previa del partido, publicó un mensaje en sus redes sociales en el que dejó claro que está muy centrado en el trabajo e implícitamente volvió a aparcar su futuro. "¡Cada partido es importante! ¡No puedo esperar, supermotivado! ¡Vamos!", escribió en Twitter, junto a varias imágenes del entrenamiento.
Buena señal porque, en una situación extraordinaria como la que se vive y con la situación antes expuesta de los centrocampistas culés, recuperar a Rakitic para la causa es un notición. Su calidad y su experiencia pueden ser claves para el equipo, además de la motivación con la que parece que afrontará los siguientes partidos.
Hay que recordar que, en verano de 2014, Rakitic llegó al FC Barcelona procedente del Sevilla a cambio de 18 millones de euros y, desde entonces, se convirtió en una pieza fundamental en los esquemas de todos los técnicos que pasaron por el banquillo. Con Luis Enrique era un hombre clave, con Ernesto Valverde lo siguió siendo y, pese a que ha pasado por momentos complicados, parece que seguirá siendo importante para Setién.