Poco después de las ocho de la tarde de este martes, saltaba la bomba: Antoine Griezmann se quedaba en el banquillo contra el Real Valladolid y Ansu Fati recuperaba la titularidad después de un mes sin haber jugado. Sin embargo, el joven extremo de Guinea Bissau no tuvo su noche, se le vio con menos chispa de lo mostrado hasta el momento e incluso con más presión mental.
Fue algo completamente normal. Ansu Fati se ha pasado muchas semanas sin jugar ningún partido oficial, ni con el primer equipo, ni con el filial, ni con el juvenil y la ansiedad le pudo. Quiso hacer en un solo partido lo que no le han dejado hacer en el último mes y medio y el resultado fue muy negativo en comparación al de principio de curso, cuando jugaba totalmente desinhibido.
Tal vez, el partido que hizo Ansu Fati contra el Real Valladolid fue un mensaje indirecto a Ernesto Valverde, que quizás no esté haciendo una gestión acertada con él. El 'Txingurri' le ha tenido muchas semanas sin darle ni un solo minuto en el primer equipo, pero sin permitir también que lo haga en el filial o con las categorías inferiores de la Selección Española.
"Queremos que esté en la dinámica del primer equipo", dijo el técnico extremeño en rueda de prensa. Pero la realidad es que no se puede tener a un chaval de 16 años en el banquillo permanentemente, y menos cortarle las alas cuando mejor estaba jugando. Contra el Valladolid, pecó de querer hacer la guerra por su cuenta en ocasiones, tal vez tratando de gustar a su gente. Le faltó la naturalidad de sus primeros partidos y le sobró la ansiedad acumulada en las últimas semanas.
Los jugadores, y más en una época tan prematura de formación, necesitan continuidad. ¿Para qué sirve estar en la "dinámica del primer equipo" si no compites en los partidos? Y, ¿de qué sirve dar recital tras recital como los que Ansu Fati daba hace semanas si luego el entrenador le corta el grifo de minutos para otorgar titularidades por decreto? Si quiere tirar de él, que lo haga cuando lo necesite, pero que no le corte la dinámica de juego y le permita jugar, ni que sea, con el filial.
El problema de Valverde con los jóvenes
Valverde está evidenciando un problema de gestión importante con los jóvenes. Condenó a algunos de ellos como Juan Miranda o Carles Aleñá por un solo partido malo, pidió fichajes de poca monta como Murillo o Boateng antes que confiar en la cantera o prefirió poner a Umtiti medio cojo antes que a Todibo contra el Eibar. Hay que empezar a plantearse si Valverde es el hombre adecuado para un proyecto a largo plazo y más en un club como el Barça, en el que hay que reciclarse año a año.