Francisco Trincao ha sido la gran sorpresa del FC Barcelona en este mercado de fichajes de invierno. El joven extremo luso se convertirá en azulgrana a partir de junio por 31 millones de euros y reforzará la delantera por los costados. El Manchester City o el Chelsea preguntaron por él para hacerse co su fichaje, pero los culés decidieron adelantarse para cerrar la incorporación de esta jiven promesa llamada a liderar a Portugal en el futuro.
El atacante del Braga será el decimotercer portugués en vestir la camiseta barcelonista a lo largo de su historia. El primero fue Virgilio Da Costa Neves en el 1903, que estuvo en Can Barça hasta el 1906. Jugaba de delantero y solo se supo que fue el primer luso en jugar en el Barcelona en el 2017 por una investigación de Fernando Arrechea y Eugen Scheinherr para 'Los Cuadernos del Centro de Investigaciones de Historia y Estadística del Fútbol Español' (CIHEFE).
Tras Neves, tuvieron que pasar más de 60 años hasta que el siguiente portugués llegó al Barça. Se trató de Jorge Alberto Mendonça, de Angola, colonia portuguesa hasta 1975. Llegó procedente del Atlético de Madrid al conjunto blaugrana en el 1967 y estuvo allí hasta el 1969. En el Manzanares triunfó y se hizo un nombre, pero en el Barcelona el punta no rindió al nivel esperado y por eso se marchó prematuramente.
Tuvieron que pasar otros tantos años hasta que los siguientes futbolistas nacidos en Portugal jugara en el Barça. Fue en 1995, cuando los culés trajeron en apenas dos años a Luis Figo, Vítor Baía y Fernando Couto. Los tres eran ya internacionales lusos, pero solo Figo consiguió triunfar en el Camp Nou. Ni el guarsameta ni el central estuvieron a la altura de las expectativas en los años que pasaron en Barcelona. El también ex madridista sí lo estuvo y se convirtió en un ídolo y en uno de los mejores del mundo, pero su marcha al Madrid años después provocó que pasase a ser uno de los futbolistas más odiados de la historia del club.
De Simao o Quaresma a Semedo
Simao Sabrosa fue la siguiente perla portuguesa en aterrizar en Barcelona en 1999. El extremo llegaba con la vitola de ser uno de los jugadores más prometedores del país vecino, pero fracasó en sus dos campañas y se tuvo que acabar yendo. Ricardo Quaresma llegó en una situación similar al ser una de las joyas del fútbol portugués, pero tampoco se adaptó en el 2003 y se fue en el verano de 2004. Precisamente en ese 2004 se fichó a Deco del Oporto, que fue uno de los líderes de la generación que triunfó a las órdenes de Frank Rijkaard, junto a Ronaldinho o Eto'o.
Hay que añadir también en esta lista a Edgar Ié, de Guinea-Bissáu, pero nacionalizado portugués, y a Gus Ledes. Ambos llegaron como jóvenes perlas hace años, pero ninguno de los dos pudo triunfar como culé. Ambos tuvieron minutos en el 2013 en la Copa Catalunya el año que la jugó el filial y Ié debutó con los mayores en Copa del Rey ante el Huesca en la temporada 2014/2015.
André Gomes y Nélson Semedo habían sido los últimos portugueses en fichar por el Barça. El ex valencianistas fracasó estrepitsamente tras costar 35 millones y 20 en variables y ahora está en el Everton ya trasapasado. El ex del Benfica, por su parte, todavía intenta hacerse sitio en el conjunto azulgrana, pero hasta ahora no ha terminado de cumplir con las expectativas que generó. Se habla de que en verano podría salir, pero podría dar la vuelta a la situación en estos meses que quedan.