Samuel Umtiti botó por la borda el progreso que había demostrado en los compromisos anteriores y desaprovechó una valiosa oportunidad para demostrar definitivamente que tiene la capacidad de defender la elástica del FC Barcelona. Las bajas de Gerard Piqué y Ronald Araujo le valieron como una oportunidad de reivindicarse en el escenario de máxima exigencia: el Sánchez Pizjuán, partido de ida en semifinales de la Copa del Rey.
Dicha competición merece una significación especial para el Barcelona en esta campaña, pues tendría el valor de un bálsamo que curaría la golpeada moral de un conjunto azulgrana que desempeñó un arranque de temporada para el olvido. En el difícil reto que asumió este miércoles, Umtiti ocupó el eje defensivo al lado de Óscar Mingueza, y una vez más volvió a dejar sensaciones preocupantes.
En principio no defendió como era debido a su compatriota Jules Koundé, quién se le anticipaba con notable facilidad. A la postre sufrió en las transiciones rápidas del Sevilla cuando el marcador ya se inclinaba en favor de los dirigidos por Julen Lopetegui y, aunque logró frenar un tanto de En-Nesyri durante los primeros instantes de la segunda mitad, terminó nuevamente en evidencia en el segundo gol del conjunto local.
Asimismo, no se situó en la misma línea con sus compañeros y habilitó a su ex compañero, Iván Rakitic, al tiempo en el que óliver Torres le mandó el servicio. El futbolista croata definió de manera excelsa y selló un resultado final que complica, y de gran manera, las aspiraciones del Barça en la Copa del Rey. Umtiti no disputó los 90 minutos, justo antes de dictaminar el tiempo añadido, fue sustituido por Francisco Trincao.
Continúa el padecimiento en la defensa
El Barcelona continuaba su andar en La liga y en la Copa inspirado, imparable, pero el Sevilla le asestó un durísimo golpe este miércoles en el Sánchez Pizjuán. Una derrota que conlleva un significativo bajón moral en el equipo, pues ya venían demostrando que tenían la capacidad de afrontar retos difíciles, remontando resultados adversos incluso en cuatro minutos, tal y como sucedió ante el Granada. Pero el Sevilla se plantó y doblegó al conjunto azulgrana.
La defensa continúa demostrando que es el talón de Aquiles del equipo, y que necesita solventar de manera imperiosa su necesidad de cara a los venideros duelos que enfrentará. Ahora, el Camp Nou albergará un par de finales: la ida de octavos de Champions ante el Paris Saint-Germain, y la vuelta de semifinales frente al Sevilla, que cuenta ya con dos goles en el global.