Ansu Fati y Raphinha no pasaron del suficiente en el que debía ser su gran día

El FC Barcelona ha quedado muy tocado después del empate contra el RCD Espanyol en el regreso de LaLiga. Más allá del pésimo arbitraje y 'show' de Mateu Lahoz, el cuadro azulgrana dejó una versión muy poco convincente porque no fue capaz de cerrar un partido que tenía completamente dominado y en el que pudo anotar una goleada.

Después del gol de Marcos Alonso a los siete minutos, los de Xavi Hernández dejaron la sensación de que podían anotar dos o tres más si estaban finos en el último pase, pero no fue el caso. La fórmula del egarense no funcionó y el equipo fue espeso a la hora de sumarse al ataque, a pesar de la buena voluntad de Frenkie de Jong, Gavi y Pedri, en principio, desde el centro del campo. 

Las principales novedades estuvieron en los extremos, con la titularidad de Raphinha en la derecha y Ansu Fati en la izquierda para completar el ataque junto a un Robert Lewandowski que vivió una tarde bastante gris a pesar de contar con dos ocasiones claras. Los atacantes se quedaron en un quiero y no puedo para volver, una vez más, al ojo del huracán. 

El primer tiempo del brasileño fue uno de los mejores desde que está en el Barça, pero se quedó en algo insuficiente e intrascendente. Estuvo muy activo por la derecha y apoyó, en varias ocasiones, en labores defensivas, aunque volvió a fallar en el último pase cuando tenía todo para marcar la diferencia. De hecho, de sus botas nacieron las dos oportunidades más claras de los culés en la primera mitad (además del gol). 

Probó dos veces, casi de manera consecutiva, a Álvaro Fernández, primero con un disparo desde el balcón del área al palo corto, provocando una intervención extraordinaria del guardameta y y después, tras recibir en el pico del área, avanzó para enviar otro latigazo para toparse de nuevo con el 'perico'. Fue desinflándose con el pasar de los minutos y quedó en 'nada' sus intentos, porque Xavi le reemplazó en el 61' para dar entrada a Ousmane Dembélé. 

¿Qué pasa con Ansu? 

Si bien el brasileño estuvo desacertado principalmente en la definición, en el caso de Ansu Fati la historia ha sido completamente distinta y mucho más triste, porque dejó la sensación de que continúa sin recuperar su versión más diferencial que había enamorado a todo el Barça antes de su última seguidilla de lesiones. Contra el Espanyol, le faltó el acierto y le falló el físico. 

Como había pasado antes del parón de selecciones, Ansu no estuvo fino. Perdió varios balones y, a pesar de que tuvo una oportunidad tras un disparo con rosca, pasó desapercibido en el terreno de juego. Le faltó fluidez, chispa y esa magia por la que antes destacaba y que ahora escasea. No es un partido definitivo para él, pero sí era una oportunidad de oro para demostrar que puede ser determinante.