Hace algunos años que empezaron las advertencias, pero a medida que pasa el tiempo se hace más evidente que en LaLiga ya no hay rival sencillo. Los grandes siguen imponiendo su calidad en la mayoría de compromisos, pero las sorpresas ya no lo son tanto y todos los equipos se atreven a tutear a cualquier adversario que se les ponga delante.
Lo demostró para empezar un Leganés que arruinó una celebración del Atlético de Madrid, después de un partido ajustado que repitió el aviso de que Butarque no es este año una cancha fácil. Intentaron los 'colchoneros' meterle ritmo tras el descanso y Antoine Griezmann acercó los tres puntos con un tanto de falta, pero Guido Carrillo logró la igualada al final y frenó el ímpetú de los hombres del Cholo Simeone.
El siguiente turno fue para el Real Madrid, al que acompañó la suerte para resistir y liquidar al Real Valladolid. En un encuentro que estuvo abierto en todo momento tuvieron sus opciones los blanquivioletas, que en la segunda mitad se toparon dos veces con el travesaño hasta que un desafortunado gol en propia de Kiko Olivas desequilibró la balanza. Sin tardar demasiado, un penalti sobre Karim Benzema lo convirtió Sergio Ramos para poner fin a la mala racha de resultados.
Tras otro inexplicable tropiezo del Valencia, apareció el líder en la capital, donde sólo logró doblegar al Rayo Vallecano con dos chispazos sobre la bocina. El desastre, precisamente, de Butarque, rondó al FC Barcelona tras una diana de Luis Suárez, que quedó anulada por las de José Ángel Pozo y Álvaro. Al final, con prácticamente todo perdido, los catalanes se salvaron con un tanto de Ousmane Dembélé y otro del uruguayo.
El final de la Jornada 11 definirá si fue un buen o un gran fin de semana para los culés, cuando se cierren los compromisos del resto de sus rivales. Deportivo Alavés, Sevilla y RCD Español deben demostrar si siguen la estela de los hombres de Ernesto Valverde o se quedan por el camino, lo que haría todavía más redonda una semana en la que ha tocado festejar pero también sufrir.
El Barça quiere sentenciar su grupo de Champions
Con los deberes hechos en LaLiga, el Barça ya pone la vista en la Champions, donde podría sentenciar su grupo en un duro examen contra el Inter de Milán. El Giuseppe Meazza decidirá si los azulgrana pasan a octavos como líderes o todavía hay pelea por la primera plaza, que quedará certificada si hay un triunfo visitante.