El Barça ganó, goleó, convenció y se gustó ante el RCD Mallorca. No era un encuentro para nada sencillo, pues visitar Son Moix es un hueso difícil de roer. No obstante, el conjunto culé tenía la necesidad de vencer y aprovechó para desfogarse con los bermellones. El equipo local resistió en la primera mitad, pero no pudo con las embestidas que llegaron en el segundo acto y que provocaron que fuese arrollado en su propia casa.
Hasta el momento, la escuadra dirigida por Jagoba Arrasate estaba siendo un equipo muy sólido. Llegó como sexta clasificada y con una victoria conseguiría auparse hasta al cuarto puesto, aunque no sería definitivo hasta que sus rivales jugasen los partidos que tienen de menos. La clave de su modus operandi es el jugar como un bloque, tanto a la hora de atacar como a la de defender. Una idea muy similar a la aplicada por el mismo técnico en su etapa en Osasuna. Esto hace que sea un conjunto muy incómodo para sus contrincantes.
Adiós a la racha de la mínima del Mallorca
Al igual que el Osasuna, exequipo de Arrasate, alteró la cifra de goles recibidos por partido del Barça, pues hasta ese partido no había encajado más de un gol en LaLiga, el cuadro blaugrana hizo algo similar con el Mallorca. Como se apuntó en la previa del encuentro, el conjunto bermellón no es un club muy goleador, pues suma solo 16 anotaciones en la misma cifra de encuentros. No obstante, tampoco había recibido más de 2 tantos en un encuentro y, tanto en la victoria como en la derrota, sus partidos siempre se resolvían por la mínima diferencia.
No obstante, el FC Barcelona acabó con esta estadística. La derrota más abultada que el club balear había recibido esta temporada era un 2-1. Ante la visita culé, fue arrollado completamente, pues recibió 5 tantos. Teniendo en cuenta que hasta ese momento solo había encajado 13 goles, ahora que la cifra aumeta a los 18, los pupilos de Hansi Flick enviaron al fondo de las mallas el 27'78% del total.