Dos palos de Luis Suárez y Rafinha pudieron cambiarlo todo

El Barça no pudo llevarse los tres puntos de San Mamés (1-0) este viernes, pero no fue porque no dispusiera de ocasiones claras para ello. Si bien es cierto que Iñaki Williams puso el miedo en el cuerpo en la primera mitad con dos chutazos que fueron despejados por Ter Stegen, el Barça también pudo perforar la portería de Unai Simón en el primer tiempo.

Luis Suárez disparó al palo justo antes de ser sustituido, tras un error defensivo del Athletic que por poco pagó caro. Entró Rafinha Alcántara, y al filo del descanso protagonizó un disparo que tocó en el travesaño tras una gran parada del arquero vasco. Ya en el segundo tiempo, Rakitic pudo marcar tras quedarle un balón franco en los aledaños del área, aunque su disparo se marchó alto.

Y Rafinha Alcántara, que fue el jugador más activo del FC Barcelona en ataque, volvió a disponer de una ocasión clara con un disparo que fue desviado a córner por los defensores del Athletic. El hispano-brasileño se marchó de dos jugadores con un regate mágico en una baldosa, pero su disparo no encontró la portería contraria y el Barça se quedó a cero.

Mala fortuna para un Barcelona que, aunque no carburó como se esperaba en San Mamés, podría haberse marchado perfectamente con el marcador a favor, siempre y cuando hubiese tenido algo más de precisión a la hora de definir. El Athletic se replegó defensivamente en la segunda mitad y buscó los contragolpes y las jugadas a balón parado, algo que le dio resultado al filo del descuento.

Griezmann tampoco convenció en San Mamés

Al final, los de Valverde cayeron tras un partido algo trabado, pero también vistoso en distintos momentos y con oportunidades muy claras para marcar por parte de los dos equipos. La mejor noticia para los culés fue la actuación de Rafinha Alcántara, y la peor sin lugar a dudas la lesión de Luis Suárez -al margen del resultado-. Aunque tampoco convenció el partido de Antoine Griezmann, quien todavía necesita más tiempo de adaptación.

Al francés le costó entenderse con Jordi Alba en la banda izquierda, y estuvo demasiado estático en sus movimientos ofensivos y de ruptura. Disparó en ocasiones contadas, pero siempre sin generar un gran peligro. El objetivo es que el francés, que ha llegado al Barcelona con la vitola de estrella y con una gran presión sobre sus hombros, vaya destapándose y luciendo su calidad con el paso de las jornadas. El Barça, sin Messi y Suárez, le necesita más que nunca.