El Real Madrid de Zinedine Zidane regresó a la versión más común de las últimas temporadas en Liga: contraataques, ocasiones de gol, pegada y un poco de suerte, sin necesidad de dominar la posesión para vencer, e incluso golear, a equipos rivales de menor entidad.
El Santiago Bernabéu fue una fiesta durante la gran mayoría del partido contra Osasuna, correspondiente a la tercera jornada de la Liga Santander 2016-17, a pesar de que los navarros dominaron a los blancos en distintas fases del encuentro y, además de reducir distancias en el marcador gracias a los goles de Oriol Riera y David García en la segunda mitad, fallaron un penalti tras el disparo fallido de Roberto Torres.
Antes de que todo eso sucediera, el Real Madrid se había adueñado del marcador -no del juego- gracias principalmente a la pólvora que ostenta en ataque. Cristiano Ronaldo abrió el marcador con un gol que bien podría haber sido anulado por fuera de juego previo de Gareth Bale, mientras que más tarde llegaron los goles de Danilo, Sergio Ramos -cabezazo tras un córner-, Modric, Pepe, goleadores poco habituales.
Destacada fue también la expulsión de Tano en los últimos minutos por parte de Osasuna, al recibir el jugador del conjunto navarro dos tarjetas amarillas en menos de cinco minutos por parte de Fernández Borbalán.
En definitiva, el Real Madrid volvió a vencer gracias a su pegada y a un poco de suerte, la que de momento le está faltando a Álvaro Morata para ver portería. Desde que regresó al conjunto merengue, tan sólo ha logrado anotar un gol en partidos oficiales... Y la afición del Bernabéu está empezando a perder la paciencia.