El FC Barcelona apenas logró generar jugadas peligrosas para la portería de David Soria este sábado, sobre todo en el segundo tiempo, debido a la férrea defensa y presión constante de los jugadores azulones. El problema es que, además de esa buena defensa, el Getafe se vio beneficiado por algunas decisiones arbitrales que perjudicaron sin lugar a dudas al Barça.
Una de las más claras fue el penalti señalado por César Soto Grado en el minuto 55, cometido de forma inocente por Frenkie de Jong. El holandés llegó tarde al intentar despejar el balón y contactó con Djené, pero ese contacto fue tan leve que se hace difícil pensar que el colegiado lo tuviese tan claro justo al ver la jugada en directo, a pocos metros de distancia.
No sólo en esa jugada se vio perjudicado el Barça, sino también con las constantes pérdidas de tiempo de los jugadores locales. En un córner, en un saque de banda, en un saque de portería, durante un cambio... En cualquier situación, los de Pepe Bordalás practicaron ese anti-fútbol que tanto les gusta, y que tanto necesitan para equilibrar así la falta de calidad de sus futbolistas en comparación con los de otros clubes.
Mención especial también para un posible penalti de Arambarri a Ansu Fati a falta de pocos minutos para el final del partido. El centrocampista del Getafe barrió al atacante del Barça en el interior del área, sin tocar siquiera el balón, y el árbitro entendió que se trataba de una carga legal. El problema es que el contacto fue tan fuerte y evidente que sorprendió que desde el VAR no avisaran al colegiado de que revisara la acción en el monitor.
¿Cómo pudo acabar Nyom el partido?
En cuanto a Nyom, necesita un párrafo aparte. El defensor del Getafe se dedicó durante todo el partido a soltar manotazos y codazos, algún que otro insulto e intimidación para los jugadores culés, y se marchó del partido únicamente con una amarilla y jugando los noventa minutos. Cuando recibió la cartulina por una dura obstrucción a Busquets en un contragolpe culé, esa debería haber sido su segunda amonestación. Porque, en la primera mitad, el árbitro no castigó con tarjeta un fuerte codazo de Nyom a Messi en la cara. Y eso que el colegiado estaba muy cerca...
La impunidad arbitral duele, y sobre todo cuando casi siempre juega en contra del FC Barcelona en LaLiga Santander. El arbitraje de Soto Grado fue el mejor ecosistema posible para que los jugadores del Getafe hicieran y deshicieran a su antojo. El juego sucio al poder, y muy por delante del fútbol. ¿Es eso en lo que se pretende convertir a esta Liga ya de por sí llena de arbitrajes polémicos?
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