Gerard Piqué no es el único, o al menos eso aseguran desde 'MD', que anda con la mosca detrás de la oreja con las últimas decisiones del VAR y la tendencia que está tomando el arbitraje en las últimas jornadas. La plantilla azulgrana suele ver los partidos del Real Madrid al jugar los blancos días después que los culés en estos primeros partidos tras el confinamiento, y habría llegado a la conclusión de que los de Zidane están saliendo beneficiados.
“Va a ser muy difícil ganar esta Liga, porque no depende de nosotros. Veo difícil que el Real Madrid pierda puntos, viendo cómo han ido estas dos jornadas va a ser difícil”, comentó Piqué justo después del empate del Barça en el Sánchez Pizjuán. “Pero lo vamos a intentar”, añadió, transmitiendo el sentir general del vestuario tras la polémica vivida en el Alfredo Di Stéfano el día anterior, durante el Real Madrid-Valencia.
El VAR anuló a Rodrigo Moreno un gol que parecía claro cuando el marcador estaba 0-0, y con unos argumentos que a día de hoy aún siguen sin entenderse en el conjunto 'ché'. Se aludió a un fuera de juego de Maxi Gómez por participar en la jugada molestando a un defensor del Real Madrid, a pesar de que el delantero argentino no llegó a tocar el balón sino que fue el mismo defensa quien 'asistió' a Rodrigo.
“He visto la jugada y no lo entiendo. Es una situación en la que Maxi no interviene”, se quejó Albert Celades, técnico del Valencia. Incluso Arturo Vidal, desde casa, se pronunció con ironía a través de las redes sociales. Cabe recordar que un día antes del Madrid-Valencia, en el Camp Nou, el árbitro anuló un gol a Griezmann por un fuera de juego justísimo de Semedo, pero en cambio dio validez el día anterior a una diana de Benzema ante el Eibar que no fue pitada como antirreglamentaria, justo antes del primer gol merengue.
Doble rasero en las tarjetas amarillas
A esto se une el doble rasero que, según Piqué y otros pesos pesados de la plantilla del FC Barcelona, está quedando patente en las últimas jornadas comparando los partidos de los eternos rivales. Hay quejas sobre la rigurosidad arbitral a la hora de señalizar las faltas, dado que el propio Piqué vio una tarjeta amarilla por un pisotón a Munir que era claro, pero su expresión fue que a la primera falta ya les sacaban tarjeta. También fue claro un golpe con el hombro de Sergio Ramos al valencianista Ferran Torres, sin embargo, que no mereció amonestación en el Madrid-Valencia.
Sea como sea, la cuestión es que el ambiente sigue caldeado y las palabras de Piqué sólo han contribuido a destapar la caja de pandora de las opiniones sobre el arbitraje, un 'culebrón' que puede tener aún varios capítulos más en las próximas jornadas. Más presión si cabe para los colegiados, que deberán afinar los cinco sentidos para acertar en sus decisiones a no ser que quieran estar, como casi siempre, en el ojo del huracán.