La abultada derrota en el Ramón Sánchez-Pizjuán ante el Manchester City por 0-4 ha encendido las alarmas en el seno del Sevilla. Tras la racha de malos resultados, los aficionados andaluces han cuestionado seriamente la actuación del presidente, José Castro, en el pasado mercado de fichajes, al priorizar la entrada de dinero por encima del proyecto deportivo con las ventas de Jules Koundé y Diego Carlos.

Los actuales zagueros del equipo rojiblanco no han ofrecido las garantías que en el caso de los centrales que hoy militan en el FC Barcelona y en el Aston Villa, lo que se ha traducido en cuatro derrotas y un empate en los cinco compromisos que han disputado hasta la fecha. El entrenador, Julen Lopetegui, también ha sido uno de los señalados por el sevillismo y su continuidad al frente del equipo está siendo estudiada por el tren ejecutivo.

En tal sentido, tanto José Castro, como los vicepresidentes, José María del Nido Carrasco y Gabriel Ramos, los directores, José María Cruz y Monchi, y el subdirector general, Jesús Arroyo, definirán si el ex seleccionador nacional debe seguir al mando de la dirección técnica rojiblanca. En su defensa, el míster ha advertido que los jugadores que han llegado al club no han contado con el tiempo suficiente para acoplarse a su dinámica.

La última oportunidad para Lopetegui

En caso de que la directiva opte por mantenerle como entrenador, enfrentaría una 'prueba de fuego' en la próxima jornada liguera frente al Espanyol, donde los andaluces buscarán su primera victoria de la temporada 2022-23. De lo contrario, la paciencia podría agotarse, aunque las molestias de los aficionados se mantendrían en pie ante las gestiones del pasado mercado.

Tras la derrota ante los 'cityzens', que ya se suma a su racha negativa en el curso, el club ha intentado dar una imagen optimista de cara a la opinión pública y ha pedido paciencia a la afición. Hasta el momento, todo continúa con normalidad después de que Lopetegui dirigiera la última sesión de entrenamiento de los hispalenses tras el compromiso como de costumbre.