Por segunda vez en menos de un año, el FC Barcelona se ha visto perjudicado por la no concesión de un gol legal en LaLiga, en ambas ocasiones con un balón que rebasó claramente la línea de meta, pero el Comité de Árbitros ha asegurado que no habrá sanción para Iglesias Villanueva y sus asistentes. El colegiado de Mestalla no ha hecho declaraciones, aunque hace unos años explicó su visión personal sobre su labor.
Fue en una charla para 'TEDxGalicia' en la que detalló porqué decidió dedicarse a la profesión y cuál es su manera de vivirla. Fue con 14 años cuando decidió dedicarse al arbitraje, y confesó que tras algunas dudas iniciales se siente un privilegiado: "¿Somos marcianos? ¿Y si nos apasionase nuestro trabajo? ¿Y si nos doliese más que a nadie equivocarnos? Soy un privilegiado a pesar de lo que pueda pensar mi vecino".
Por aquel entonces, Iglesias Villanueva ya dio una pista sobre el silencio de los árbitros tras los partidos, algo que se ha repetido en esta ocasión. "Sólo nos llaman para hablar de los errores. Nunca de los aciertos. Por eso no hacemos declaraciones", apuntó el de Puentedeume.
"Recorremos cada partido 11 kilómetros. Lo mismo que cualquier centrocampista. Vemos mucho fútbol para tratar de conocer a los jugadores. Hay que mirar, ver y decidir . Y hay que hacerlo rápido. En el fútbol solo hay penaltis y fueras de juego lo demás es un arte. En los partidos lo fundamental es acertar en las decisiones importantes, como en la vida", analizó.
Doble rasero
Iglesias Villanueva también opinó sobre la diferencia de juicio en los errores de los futbolistas y los arbitrales, señalando que el suyo es un trabajo poco agradecido: "Para mí no hay ninguna diferencia si falla un árbitro o un jugador. Pero si un jugador falla, el campo está mal o el portero estuvo acertado o tuvo mala suerte. En cambio a nadie le parece mal si los jugadores engañan a los árbitros si su equipo es beneficiado. En mi mundo, el acierto es efímero y el error pendenciero".
Lo que está claro, opiniones personales aparte, es que su actuación en Mestalla ha reabierto un debate que ya debería estar solucionado pero que avanzará en los próximos meses. Los trencillas necesitan ayuda, y hoy en día con los asistentes tecnológicos, como el VAR, no se entiende que una Liga que presume de ser la mejor del mundo pueda permitirse errores tan flagrantes. Toca reflexionar.