LaLiga se va agotando y muchos equipos van perdiendo motivación, porque lo que todavía son objetivos para unos, ya son fracasos para otros. Esta situación la viven Málaga y Real Madrid, y la escenificaron a la perfección en su enfrentamiento en La Rosaleda. No le tenían demasiadas ganas.
El interés lo perdieron los andaluces porque ya están prácticamente descendidos, y sólo esperan la fecha para hacerlo oficial. En la capital, por su parte, no hay demasiada preocupación por quedar terceros o cuartos, ya que esta temporada no habrá previa de Champions y con una distancia cómoda respecto al quinto, los tres puntos por inercia les han devuelto al podio.
Isco sí responde en la que fue su casa
En medio de la oscuridad general, el que ponía la chispa era Isco, que de vez en cuando alegraba lo que era un partido con muy poco ritmo. Sin pisar demasiado el acelerador, los blancos conseguían ir generando ocasiones, en un encuentro al que había que asistir únicamente para cumplir con el expediente.
Obviamente, el malagueño, el más inspirado en la que fue su casa, fue el que abrió el marcador, con un libre directo que combó lo justo para superar la barrera. No lo celebró el de Benalmádena, porque ni lo pedía la grada, ni lo pedía el compromiso, que parecía liquidado incluso con una renta tan corta. Antes el descuento, el centrocampista tuvo tiempo de marcarse otro par de ocasiones, aunque fue Keylor Navas el que le robó el empate a Manuel Iturra.
Casemiro sentencia en un Madrid sólo de Champions
Tras el paso por vestuarios quedó claro, por enésima vez, que esta no será la mejor campaña realizadora de Karim Benzema, pero que el francés sabe sobrevivir sin goles. En otra participación para olvidar, el de Lyon arrancó una jugada que dejó solo a Isco y este quiso regalar a Casemiro, que apenas tuvo que empujar para poner el 2-0.
El Málaga no despertaba porque hace tiempo que espera entierro, aunque en algún fogonazo le da para llevarse algún caramelo a la boca. Diego Rolán maquilló al final un encuentro al que los blanquiazules nunca le cogieron el pulso, dejando a sus rivales con lo que venían a buscar. Un triunfo con lo justo y a seguir pensando en la Champions.