Joao Félix está llamado a asumir más galones en el FC Barcelona en estos próximos días. Ante la ausencia de Robert Lewandowski, quien podría estar de vuelta para el Clásico del sábado 28, el portugués está llamado a llevar las riendas del ataque azulgrana. Ya en el partido frente al Granada, antes del parón de selecciones, había sido muy importante y se quedó a las puertas de volver a celebrar un gol, que acabó siendo anulado. 

Frente al Athletic, el reto es máximo. Viene de una actuación espléndida con Portugal en la que marcó y asistió ante Bosnia. Ha recuperado la confianza, se siente a gusto con su fútbol y, como ha reconocido Roberto Martínez, está en otra dimensión. Llegar a la Ciudad Condal le ha sentado muy bien y está recogiendo los frutos, pero ahora debe dar otro paso adelante. 

Joao Félix, líder ofensivo ante el Athletic

Lo cierto es que el compromiso de este domingo frente al conjunto bilbaíno supone una oportunidad de oro para que el portugués vuelva a ser decisivo de cara a la portería rival. Había asistido a Lamine Yamal para que marcara contra el Granada y pudo firmar el 2-3 definitivo en el marcador, pero un fuera de juego de Ferran Torres -aunque no tocó el balón- que interfería en la visión de los nazaríes, anuló la jugada y el gol no subió al marcador. 

Joao tiene en 'contra' que nunca ha podido marcar al Athletic. Desde que aterrizó en LaLiga, en 2019, no ha podido imponerse contra los leones. Sí había sido clave en el choque de las semifinales de la Supercopa de 2022, en la que un disparo suyo rebotó en Unai Simón y acabó colándose en la portería, pero ahora le corresponde reivindicarse y marcar la diferencia por sí mismo. 

Ante el fantasma de su única expulsión 

Por otra parte, el internacional con Portugal disputará el partido ante el único equipo contra el que fue expulsado mientras estaba en las filas del Atlético de Madrid. Fue en la quinta jornada de LaLiga 2021/2022, en el Metropolitano. Entró en el minuto 78 al terreno de juego y vio la doble cartulina amarilla, primero por un golpe en la cara a Unai Vencedor y, después, por reclamarle a Gil Manzano, quien no dudó en expulsarle cuando le llamó "loco".