El 7 de octubre de 2001 en el estadio de A Malata, Quique Setién debutó como entrenador dirigiendo al Racing de Santander en un partido contra el Racing de Ferrol en el que el conjunto cántabro cayó contra el gallego (2-0). El actual técnico del FC Barcelona era el director general deportivo del club santanderino, pero asumió en aquella fecha el rol de entrenador de emergencia tras la marcha negativa con Rafael Benítez.

Esa temporada, Setién ya consiguió la gesta del ascenso, iniciando con éxito su andadura en los banquillos. Han pasado casi 19 años respecto a su debut y, desde entonces, acumula una larga experiencia como entrenador, pasando también por el Poli Ejido, el Logroñés, el Lugo, la UD Las Palmas, el Real Betis y, a partir de esta semana, el FC Barcelona.

Este domingo ha llegado su debut con el club azulgrana en el partido liguero del Camp Nou contra el Granada que, curiosamente, ha coincidido con el duelo número 500 del entrenador cántabro desde que inició sus pasos en esta profesión en las filas del Racing de Santander en 2001. Números redondos para un hombre que puede al fin cumplir su sueño de dirigir al cuadro culé y que espera cumplir también los de los aficionados blaugranas.

En toda su andadura como entrenador, Setién no ha cosechado títulos importantes, pero sí ha conseguido hacerse un nombre en los banquillos gracias a sus firmes convicciones acerca de su filosofía de juego. El santanderino es partidario del fútbol atractivo como método para obtener resultados, un juego de ataque, posición y posesión que ha tenido halagos y detractores.

Las dos últimas etapas de Setién

En sus dos últimas experiencias, ha conseguido practicar un gran fútbol con equipos más modestos. Primero lo hizo con la UD Las Palmas, un recién ascendido a Primera División del que asumió el control para cambiar totalmente el estilo. Setién revolucionó el cuadro canario, empezó a contar con los jugadores más técnicos y convirtió a un equipo destinado al descenso en un conjunto sólido que se instaló en la zona tranquila de la tabla.

Posteriormente, Setién se puso a los mandos del Real Betis con una plantilla de nivel superior y también consiguió hacer que los verdiblancos jugasen con su sello de identidad. Los resultados y la poca paciencia que hubo con él en el Benito Villamarín le hicieron saltar del equipo en beneficio de Rubi, pero sus firmes ideas gustaron tanto en el Camp Nou, que el Barça recurrió a él para dirigir al equipo tras el cese de Ernesto Valverde y el "no" de Xavi Hernández​.