Nélson Semedo se ha marchado del FC Barcelona tres años después de su llegada sin haber conseguido triunfar como azulgrana. El portugués ha terminado rindiéndose y ha aceptado la oferta de un Wolverhampton en el que no tendrá la presión que tiene en Can Barça. Los culés recibirán 30 millones de euros y otros 10 en variables por el lateral derecho, por lo que recuperarán su inversión.
La salida del ex del Benfica no es demasiado sorprendente por su rendimiento y por los rumores que le han colocado lejos del Camp Nou desde el curso pasado. El verano pasado se dijo que el luso quería cobrar mucho más y que no estaba contento con sus minutos, pero el club no quiso venderle y se quedó. Este curso, Sergi Roberto volvió a ser más importante que él para Ernesto Valverde, aunque con Quique Setién ganó protagonismo y se asentó en el once inicial.
Nélson Semedo ya es jugador del Wolverhampton
Pero la marcha del santanderino y la llegada de Ronald Koeman han terminado por alejar a Semedo del Barcelona, ya que el holandés ha preferido al de Reus durante toda la pretemporada. El club, por su lado, necesitaba hacer caja, por lo que se ha optado por aceptar la propuesta de los Wolves y apostar por Roberto y por el lateral que llegue. Sergiño Dest, es el favorito y estaría casi fichado, pero Max Aarons está en la recámara como alternativa.
La etapa del de Cabo Verde en el Barça ha estado llena de altibajos desde que llegó. Aterrizó en la Ciudad Condal para ser el reemplazo de Dani Alves, el mejor carrilero derecho de la historia del club y uno de los mejores de la historia del fútbol. Esa losa siempre fue demasiado pesada para el ex del Benfica, que en ningún momento se acercó al rendimiento del brasileño. Llegó como un lateral ofensivo, muy rápido y que podía ser decisivo en el área contraria, pero en el Camp Nou se quedó siempre a medias y nunca supo o pudo demostrarlo.
Sergi Roberto le robó protagonismo
Sergi Roberto le robó protagonismo en su primera campaña y terminó jugando prácticamente lo mismo que él en el costado diestro de la defensa. En su segunda temporada, Semedo tendría que haber dado un paso al frente y demostrar que estaba capacitado para ser indiscutible, pero no fue así. Jugó más que Sergi en el lateral y fue más importante que en el curso de su debut, pero siguió muy lejos del nivel que se esperaba de él cuando llegó. Eso mismo le ocurrió también este año pasado, en el que empezó como titularísimo a las órdenes de Valverde y acabó de nuevo alternándose con el de Reus.
Con Setién tuvo más protagonismo y dejó probablemente sus mejores partidos con la camiseta del Barça. Se sintió importante y en varios choques dejó destellos del futbolista que apuntaba a ser cuando jugaba en el Benfica. Aprovechó su tremenda velocidad para subir con peligro, con balón tuvo más tranquilidad para jugar, en defensa se le vio algo mejor y demostró que técnicamente era mucho más jugador de lo que había demostrado ser hasta la fecha.
El problema es que esa mejora se quedó en nada cuando el día de la verdad, el del Bayern de Múnich, acabó en la foto del golazo de Kimmich tras el jugadón de Alphonso Davies. El canadiense retrató a Semedo en el que ya puede decirse que fue su último partido con la camiseta del Barcelona. Una despedida triste para un futbolista con unas condiciones espectaculares para jugar de lateral, pero con una alarmante falta de inteligencia, carácter y fútbol en el más amplio sentido de la palabra.