La joya de orfebrería que mejor se está cociendo en los altos hornos de la Masia tiene nombre y apellidos y lo demostró en el primer partido de pretemporada 2016-2017 del FC Barcelona. Es Carles Aleñá, el juvenil de dieciocho años que ya ha saltado al filial azulgrana y que dejó muy buenas sensaciones en los últimos minutos del encuentro ante el Celtic que le dio Luis Enrique.
Talento y calidad se le vieron a borbotones en cada jugada y cada balón que tocaba. Situado como interior, realizó varias galopadas con el esférico en sus pies de las que acostumbra a hacer en el fútbol base del equipo culé. No obstante, uno de sus goles del pasado curso de una manera parecida ha sido nominado junto a otro de Messi como el mejor de Europa la pasada temporada.
Eso fue lo único que le faltó al canterano de Mataró, el gol. Y este lo tuvo en el minuto 87 cuando recibió el balón en la esquina del área. Allí sorteó a varios rivales, hizo una floritura y su chut acabó pegando en un defensor. Sin embargo, la estrella en ciernes no se ofuscó y buscó a sus compañeros en las siguientes dos jugadas que tuvieron.
A pesar de que el marcador no se movió con el sobre el campo, demostró que su crecimiento está siendo progresivo y que lleva dentro cualidades que le pueden valir para convertirse en un hombre importante dentro de unos años en el equipo azulgrana. Por ahora, y sin ninguna prisa pero sin nada que lo aletargue, Aleñá empezará la temporada en el Barça B con el objetivo de ascender y hacerse un nombre en el equipo de Gerard López. Mientras tanto, agradece con buen fútbol los "regalos" de Luis Enrique.