Tras la disputa del Gamper y la Supercopa de Europa, empieza la cuenta atrás para la Supercopa de España que medirá a Barça y Madrid (aquí puedes comprar las entradas). Y aunque la pretemporada azulgrana ha sido bastante mejor que la del equipo madridista, el conjunto de Zidane demostró este martes en Macedonia que tiene un espíritu competitivo envidiable.
Porque el Madrid llegaba mal, generando muchas dudas en los amistosos precedentes y con una defensa que parecía un polvorín. Pero la realidad es que ante el United fue una apisonadora, no tanto por el resultado final (2-1), sino por las sensaciones mostradas. Excepto cuando el físico dijo basta, en los últimos quince minutos de encuentro, el Madrid dominó a placer.
Con un centro del campo cada vez más consolidado -Modric, Casemiro y Kroos- y que lleva el tempo del choque, Isco añade la fantasía y la verticalidad para conectar con los delanteros. Y eso que anoche Bale y Benzema no fueron muy protagonistas. Y la defensa deja espacios, más de los que desearía Zidane, pero Casemiro apaga muchos fuegos imprevistos.
En definitiva, el Madrid es una máquina engrasada que anoche ganó con Asensio, Lucas Vázquez, Kovacic y Cristiano en el banquillo. Un equipo muy completo que parece tener la misma ambición de antaño. Y el Barça deberá saber luchar contra eso. Física y mentalmente.
Concentración y desequilibrio
El Barça deberá plantear la Supercopa como lo que es, el primer título del curso. Y tendrá que dominar dos aspectos fundamentales: la concentración y el desequilibrio. El primero, clave para no encajar goles, y es que el Madrid lleva ya 68 encuentros seguidos marcando. El segundo, sin Neymar, se antoja imprescindible que aparezca la figura de algún jugador que pueda generar ventajas -más allá de Messi-. Veremos si Deulofeu está preparado para el reto.