Sergio Ramos se está riendo de la Liga Santander. Ni más ni menos. El defensor del Real Madrid, aprovechando las concesiones de los árbitros y los puntos flacos de los organismos federativos, intentó volver a engañar al árbitro este pasado miércoles contra el Villarreal, imitando una jugada que ya le surtió efecto contra el RCD Espanyol en Cornellá-El Prat.
En aquella ocasión el colegiado sí pico y pensó que el disparo de Hernán Pérez había rebotado en la cara del jugador, pero en la jugada de ayer las manos de Sergio Ramos ya fueron demasiado flagrantes. El central andaluz provocó un penalti en contra de la manera más tonta posible para el Real Madrid, y por si fuera poco luego intentó fingir de nuevo que el esférico le había golpeado en la cara.
Según los estamentos federativos de la Premier League, el jugador del Real Madrid estaría cumpliendo ya una sanción de varios partidos de castigo por intentar engañar a los árbitros y, además, en dos partidos consecutivos. Sin embargo, en el fútbol español las cosas no funcionan así, y será fácil seguir viendo a Sergio Ramos repetir sus triquiñuelas en los próximos encuentros de Liga Santander 2016-17.
En la Premier League, existe una campaña instaurada contra quienes simulan faltas o agresiones en sus competiciones, y de lo contrario que se lo digan a Jamie Vardy, que se perdió algunos partidos decisivos con el Leicester City en el tramo final de la pasada temporada, al entender los colegiados que había fingido una falta dentro del área para provocar un penalti.
La "Football Association", que desde hace unas dos temporadas fiscaliza este tipo de acciones en la máxima competición inglesa, es cada vez más severa con dichos futbolistas, a quienes se castiga con varios partidos de sanción. ¿Llegará eso alguna vez a España? A corto plazo, parece que no.