Después de otra victoria sufrida en Liga, el Real Madrid volvió al Santiago Bernabéu para seguir con la buena racha en Champions, aunque esta vez se encontró con un rival respondón. El Tottenham no dio las facilidades del Dortmund y plantó cara a los blancos, aunque su trabajo se quedó a medio hacer por su falta de puntería y una gran noche de los guardametas. Empate y todo sigue igual.
Le impusieron los de Pochettino un 'ritmo Premier' al partido, buscando las cosquillas a su rival de la misma manera que este suele imponerse siempre, a campo abierto. Los 'merengues' siguen notando que hay varios de sus jugadores con las energias muy justas, pero la veteranía es un grado y su calidad, indicutible.
En la capital demostró Harry Kane porqué Florentino suspira por su fichaje, y en una de sus internadas al área fue Raphaël Varane quien superó a Keylor Navas rematando en propia un buen centro del incansable Aurier. Tuvieron los ingleses a su adversario noqueado pero no aprovecharon, y como dejarles crecer es un error que se paga, igualó el marcador Cristiano con un penalti dudoso a Kroos, justo antes del descanso.
Todo sigue igual
El portugués demostró otra vez que no está a su mejor nivel pero que no lo necesita, y suyas fueron algunas de las mejores oportunidades del Real Madrid y algunas de las mejores paradas de Hugo Lloris. Si ninguno de los dos conjuntos logró imponerse en el Bernabéu fue sin duda, por la gran noche de los cancerberos.
Hasta el final vibraron los aficionados con un encuentro que fue de ida y vuelta, con muchas ocasiones, mucho bullicio y una cuenta pendiente que se decidirá en Wembley. Siete puntos, siete goles a favor y dos en contra para cada uno, con un eterno campeón defendiéndose como sabe y un eterno aspirante intentando apuntar a algo más. Aún queda.