Florentino Pérez también tiene sus fantasmas, esos que aparecieron antes de la noche de brujas y con forma de audio para revelar que la opinión del presidente del Real Madrid sobre sus jugadores y técnicos, no es la que normalmente muestra en público, recordando que recientemente afirmó que a Cristiano Ronaldo lo “quiero mucho”.

En medio de audios que van y vienen desde El Confidencial, revelando una postura no pública de Florentino Pérez para sus allegados profesionales, el debate se basa en un aspecto netamente ético, dejando de lado la falta (de ética también) del mandatario merengue hacia la institución para apuntar los cañones al medio que las publicó y al periodista que las habría sacado a luz hace algunos años en un libro.

Con este panorama, la comparación a Rosell fue automática por el hecho de que en su etapa post Barcelona fue apresado en medio de varias acusaciones que se quisieron comprobar con el espionaje de su teléfono por parte de la Guardia Civil, de donde se sacaron varios audios según se iba acercando su libertad.

Florentino

En el caso del presidente merengue las cosas no son del todo legales, porque estas conversaciones salen de una reunión entre el propio implicado con una o más personas en lo que parece un contexto privado y de confianza. Desde señalar que es un impostor hasta la matriz de “sacados de un amplio contexto”, los argumentos parecen estar del lado de Florentino al menos al momento de hacer una demanda, que parece el camino a tomar.

Rosell

El ex presidente del Barcelona estaba en medio de una investigación en la que la Guardia Civil tenía el permiso (tal vez la orden) de sacar cada frase de su teléfono. Pero, el gran problema que existe es que fueron filtrados, por lo que si bien eran válidos dentro de un proceso judicial al mismo tiempo alteraría el mismo por haberse hecho público material considerando como evidencia por un tercero en el mecanismo.

Lo que sí queda claro es que Florentino no negó que fuese su voz, aunque deja entredicho que el contexto de sus palabras está lejos de lo que se quiere mostrar, algo difícil de digerir por el peso de los señalamientos que hace, las figuras que son objeto de los mismos y el daño institucional que puede recibir el Real Madrid al final del cuento.