Gareth Bale llegó al Real Madrid como el gran heredero y pupilo de Cristiano Ronaldo, que para ser justos, bien que comenzó el galés en su papel. Pero una vez se marchó el luso, lo que parecía mala suerte se terminó de vislumbrar como apatía ante el esfuerzo y falta de ambición, algo refrendado más en números que en opiniones.
Su salida al Tottenham se entendió como el primer paso de una futura salida del club blanco ya que se da por hecho que la etapa de madridista concluyó, pero al parecer las cosas están lejos de terminar así porque el extremo británico tiene muy en claro que volver a Madrid es el paso a tomar para la próxima temporada.
“Vine a Tottenham para estar listo para la Eurocopa, pero es un plan de un año y la próxima temporada volveré a Madrid, me queda un año de contrato”. Esas fueron las palabras que Bale dejó para devolver el nerviosismo al cuerpo en los madridistas que ven como la puerta de Mbappé y Haaland se cierra por su culpa.
Una ficha de 15 millones netos (30 brutos) al año, engorda la masa salarial del club merengue que quiere hacer hueco para dar cabida al menos a uno de los dos galácticos que tiene en mente, esperando que el valor de Bale aumentara en la Premier y poder hacer caja también, pero al parecer, ni una ni otra.
Según la postura mostrada, las constantes declaraciones de su agente Barnett en su momento y ahora estas palabras, Bale podría terminar su último año de contrato incluso siendo suplente, pero perder los 15 millones de euros no está en sus planes y reducirse la ficha cuando parece ya no sentir pasión por el fútbol, tampoco.
Operación salida
El Real Madrid sigue sin darle hueco a jugadores como Kubo, Odegaard y Brahim, además de no tener claro cómo encajan Vinicius, Rodrygo o Asensio, mientras Kroos y Modric siguen viendo que pasa el tiempo sin que Valverde pueda ser el sustituto claro de ninguno. Mucho menos, se ve con claridad cómo hacer entrar en el equipo a Mbappé y Haaland.
No por calidad o necesidad, sino porque ambos vendrán para ser titulares a toda luz (si es que viene alguno) y no hay margen salarial, espacio en la plantilla ni claridad técnica para tantas piezas valiosas que pueden terminar igual que Reguilon y Achraf, fuera del club y siendo extrañados.