POLÉMICA EN LAS REDES
El grave error de Vinicius en su mejor día como jugador del Real Madrid
Publicación:14/09/2021 - 08:37h
Actualización:14/09/2021 - 08:43h
Vinicius sigue encendido con el Real Madrid y su emoción ante el Celta le hizo saltarse las normas sanitarias ante los ojos del mundo
Vinicius Junior parece estar encaminado a ser el jugador que tanto esperaban en el Real Madrid cuando lo sacaron de Brasil, al menos algo cercano a aquella idea. Su partido en Champions ante el Liverpool la temporada pasada parece haber quedado como el tráiler del futbolista que se ve ahora en los merengues.
El brasileño arrancó la temporada como un avión y si bien era suplente para Ancelotti, con la baja forma de Bale y Hazard, la lesión del galés y la necesidad de gol, ahora es casi inamovible y si llega a arrancar desde la banca, se espera con ansiedad el momento en el que entre para verlo levantar a todos del asiento.
Pero entre lunares y defectos, algo pasó para ahogar un poco el festejo del joven futbolista merengue, ya que apenas marcó su gol se dejó llevar por la euforia para ir a celebrar con los aficionados. Nada extraño dado el tiempo sin verlos y con el inicio de temporada que lleva, la mejor desde que fichó.
El problema está en el punto que decidió pasar de festejar con los aficionados a hacerlo entre ellos, abrazado a cada madridista presente en la grada por aquella esquina del Bernabéu que se enfundó con el que esperan sea uno de sus ídolos a futuro. Nostálgico y emocionante, pero no en estas circunstancias.
La juventud puede ser el factor que le llevó a esto, pero también la pandemia te obliga a dar un paso al frente y sí, el fútbol es tan emocionante como responsable, por lo que su gesto, por muy bonito que haya sido, también es reprochable e irresponsable, algo que generó señalamientos y reclamos de todas partes.
Sin castigo
Así como uno de los fanáticos declaró haber salido entre efectivos de seguridad y con multa económica, Vinicius de momento no tiene castigo ni deportivo ni financiero, por lo que más allá de un tirón de orejas parece que no habrá otra medida.