Aunque se dio un baño de goles contra el APOEL, el Real Madrid no engancha ni dos victorias consecutivas, y ni siquiera los goles han podido apagar las dudas que rondan al conjunto blanco en la que debía ser su gran temporada. Si el Fuenlabrada ya entregó una derrota con polémica en el estadio Fernando Torres, a punto estuvo de confirmar en el Santiago Bernabéu una sorpresa que evitó Mayoral y que dejó en mal lugar a la cara 'b' de los de Zidane.
Porque el francés optó por una revolución en el once que no funcionó, con un atasco tremendo en el centro del campo y un rival de Segunda División B que en todo momento fue un adversario digno. Con algunas de las dudas centradas en Kiko Casilla, el que le puso picante fue esta vez Keylor Navas, que se comió un disparo envenenado de Luis Milla que situaba el 0-1 en el marcador.
No reaccionaron los locales ni viéndose por detrás en el marcador, y es que para ver su primer disparo a puerta hubo que esperar casi 40 minutos. La amargura dominaba la cara de un Zinedine Zidane que seguramente dio algún que otro grito en el vestuario, ya que los suyos hicieron muy poco para recordar en el primer tiempo.
Susto, sentencia y desconexión
Y desde luego sirvió la reprimenda, porque por lo menos en actitud mejoraron los de casa en la reanudación. Embotellaron al Fuenlabrada en su campo, aunque no consiguieron eliminar las escapadas aisladas que los azules se permitían en busca de la portería de Navas. Salvó alguna que otra el costarricense y después lo hizo el larguero, que libró a los madrileños de un remate del 'Cata' Díaz que habría igualado la eliminatoria.
Acto seguido, esta murió, porque quien aprovechó para reinvindicarse fue Borja Mayoral, justo cuando el Real Madrid empieza a buscar otro delantero en el mercado. El joven respondió a un buen centro del bullicioso Gareth Bale -que reapareció tras el descanso- y su cabezazo picado cerró la clasificación para octavos.
Se permitió el lujo de repetir el canterano algunos minutos después, pero aunque el pase estaba sentenciado no lo estaba el partido. Los visitantes aprovecharon la desconexión de un contrincante que se vio con los deberes hechos y se dedicó a la floritura, y en una contra en la que pocos futbolistas bajaron a ayudar, el Fuenla bombardeó a Keylor hasta que llegó un gol que recompensa su esfuerzo y señala el de los 'merengues', que tendrán que cambiar mucho si no quieren olvidarse pronto de los títulos