Como si hiciera falta más polémica a los últimos partidos que ha disputado el Real Madrid y a las decisiones arbitrales tomadas durante los mismo, en el último enfrentamiento de los dirgidos por Zinedine Zidane, se pudo observar al presidente de la entidad capitalina, Florentino Pérez, saludando a los colegiados. Esta sospechosa imagen parece encarnar lo que ha venido sucediendo con el arbitraje y el VAR cada vez que el cuadro blanco juega.
Durante el partido, el cual enfrentó al Madrid y al Granada, una dudosa jugada, protagonizada por Casemiro y Yangel Herrera, pudo terminar en un penal para el cuadro nazarí, pero fue obviada por la terna arbitral, así como por los colegiados del VAR. Finalmente, los de Zidane se impusieron a los visitantes por 2-0, encadenando su quinta victoria al hilo en LaLiga Santander.
De esta manera, parece que la influencia de Florentino Pérez sobre los árbitros, independientemente de si se trata de los que se encuentran en el campo o en la sala del VAR, sigue siendo bastante notoria y fuerte. Durante los últimos encuentros, el privilegio que los colegiados respectivos han dado a los capitalinos ha sido más observable y polémico que nunca, provocando la molestía y la duda del resto de los equipos.
Los favores arbitrales a Florentino y el Madrid
Obviando los que han sucedido en temporadas anteriores, esta campaña, tan solo en su arranque, ha estado marcada (o manchada) por los favores arbitrales que los colegiados vienen realizando al Real Madrid, sin importar el descaro de los mismos. Uno de los más notables, sin duda, ha sido la clamorosa mano que Sergio Ramos cometió ante el Eibar, la cual debió ser sancionada como penalti a favor del cuadro vasco, pero fue nuevamente ignorada por los jueces.
La imparcialidad de los árbitros dada esta situación se ve cuestionada jornada tras jornada, mientras que las redes sociales y las salas de redacción arden cada vez que el Real Madrid juega. El coraje es enorme, no solo por lo repetitivo de esta desagradable situación, sino también por lo claras que parecen ser las infracciones de los jugadores merengues para todos, menos para los colegiados de turno.