El Real Madrid comenzó la temporada lanzado al ataque con la llegada de Ancelotti, que dio un toque más de importancia a Benzema, aplicó la meritocracia sobre el campo y transformó a Vinicius en el jugador que se espera desde el día de su presentación en el Santiago Bernabéu, estadio que se levanta en cada carrera que deja.
Goles, buen juego, titulares y suplentes enchufados, todo parece ir bien para un equipo que sufre ante Inter y Valencia, pero gana, que se disfruta con el Mallorca y también gana, que pelea el liderato con solvencia y lo que más llama la atención, tiene una plantilla en teoría más débil que la temporada pasada tras la salida de Ramos y Varane, pilares de los últimos años.
Pero las estadísticas siempre están ahí para ser odiosas, generar comparaciones y descubrir fallos. Los tiene el equipo merengue por mucho éxtasis que se viva en Valdebebas, porque la llegada de Alaba no soluciona la debilidad defensiva que comenzó a mostrarse la campaña pasada, de hecho el austríaco aporta mucho en ataque.
No defiende mal, que no se confunda, no en vano ha sido una de las bases de un gran Bayern Múnich durante muchos años, pero su presencia no es un bálsamo estratégico y funcional para el equipo que sigue teniendo fracturas en mediocampo con Casemiro todavía lejos del 100% de su rendimiento, el lateral izquierdo compartido entre un joven Miguel Gutiérrez y las variantes que dan Alaba o Nacho en el sector. Marcelo poco existe actualmente.
La derecha no va en mejor camino con una nueva lesión de Carvajal, Lucas Vázquez muy irregular y de nuevo, Nacho tapando un hueco que no le es natural. En esa cadena de detalles se sigue disparando mucho al arco que de manera magistral defiende Courtois y que también la suerte permite ver inmaculado.
El Mallorca, último rival del Real Madrid, disparó hasta 17 veces ante los blancos y la puntería no fue la principal virtud, de lo contrario no hubiese sido tan abultado el marcador. Esta máxima se repite en cada partido y es Courtois el encargado de que pase por debajo de la mesa la cifra, pero el día que falle, podría pincharse el globo.
De momento, contados los semáforos
La victoria ante el Inter permitió superar el primer obstáculo para el Real Madrid que se fue con el arco en cero, por lo que ahora, al menos hasta octavos de Champions en caso de clasificar, solo quedan Sevilla, Atlético de Madrid y Barcelona como los rivales más complicados y argumentos para provocar un fallo en el equipo de Ancelotti.