Sergio Ramos quiere hacer historia y retratar al Real Madrid

La salida de Ramos del Real Madrid ya es noticia vieja, tan vieja que entrenó con el PSG, conversó con Achraf en tono burlón y asegurando (ambos) que tomaron una buena decisión. Dos años de contrato por lo mismo que ganaría en España y la promesa de seguir ganando títulos, uno de ellos con su club del corazón como rival: la Champions.

Con la llegada del español al equipo parisino el plus deportivo que tendrá Pochettino es superlativo, con la posibilidad de jugar con tres centrales que completan Marquinhos y Kimpembe, además de dos carrileros donde figurará Achraf, recién llegado, además de la izquierda que podría cambiar o incluso ser Di María.

Pero más allá de esquemas, Florentino podría ver una vez más como dejar salir un jugador importante le pasa factura, como ya pasó en su momento con Makelélé, mediocentro que era un motor en el equipo merengue y solo se dieron cuenta cuando no pudieron ganar con Beckham, Ronaldo, Zidane, Figo y Raúl en cancha.

Lo mismo que Cristiano Ronaldo, que pese a que fue el propio jugador el que pidió su salida ante el intento del Real Madrid por permanecer con su ficha. Su rendimiento en la Juventus no se traduce en títulos, pero esos goles hacen mucha falta en la capital española y el Bernabéu también se extraña en los números del portugués.

En caso de firmar un gran rendimiento y además, conseguir la ansiada Champions en París, tal vez llegue el arrepentimiento en el Real Madrid, que escuchó de boca del camero el “sí” para renovar pero aseguraron que “caducó” la oferta, por lo que sus caminos se separaron de manera inmediata.

Historia cíclica

Fuera del rendimiento y nivel, ya es costumbre en el Bernabéu ver salir a sus estrellas y leyendas de formas poco comprensibles, como lo sucedido con Casillas, Raúl, Cristiano y ahora Ramos, en un grupo que solo Zidane se salva pero aquel 2006 fue fatídico para el club, viendo al Barcelona ganar la Champions.