Tras ganar la Champions por tercera vez consecutiva, el Real Madrid se planteó nuevas exigencias para la temporada 2018-19, en la que pretende apartar a un FC Barcelona que sigue intratable en las competiciones domésticas. Aunque queda mucho verano, los blancos están teniendo problemas para confirmar sus refuerzos, y la situación es peligrosa después de haber perdido a algunos de sus referentes.
Se puede discutir sobre las circunstancias y el potencial de los que se han marchado, pero lo que está claro es que en la capital ya no están Zinedine Zidane y Cristiano Ronaldo, dos nombres clave en la historia reciente del conjunto 'merengue'. Con el gusto de Florentino Pérez por dar golpes sobre la mesa a través del mercado, se podrían esperar algunos fichajes 'galácticos', aunque el más destacado estaría ya en el vestuario.
El entorno madridista empieza a ver claro que el próximo líder del proyecto será Gareth Bale, que podría asumir el relevo del luso tras una espera mayor de la esperada. El presidente le colocó en su momento como el recambio natural para el de Madeira, y ahora, después de varios año y de expresar su frustración con su situación, habría llegado su momento.
Igualmente, el interés por Eden Hazard es firme y, vista la actitud del jugador, mutuo, pero de momento las posturas están muy alejadas con el Chelsea y ya se trabaja en soluciones por si no acabara desembarcando en LaLiga. De todas maneras, varias informaciones sugieren que en la zona noble consideran al belga un crack, pero a la hora de la verdad sus gustos casan más con el galés.
El Real Madrid apuesta por los jóvenes
A pesar de Florentino avisó que llegarían incorporaciones ilusionantes, todavía no ha certificado ninguna, aunque lo que sí se mantiene es su preferencia por las jóvenes promesas. Los grandes nombres del panorama futbolístico han quedado a un lado, y el dirigente compensa en parte su plantilla pensando en proyectos con mucho futuro, con un riesgo que está inquietando a su afición.
Es cierto que Vinícius, Rodrygo o Andriy Lunin aspiran a ser estrellas mundiales, pero si alguno se queda por el camino sería un fracaso pagado a precio de oro. Quizá, por coste, el portero es el más protegido en este aspecto, pero las inversiones en los dos brasileños son tan interesantes como arriesgadas. Sólo queda esperar, y si no hay más sorpresas en en Santiago Bernabéu, empezar a mirar a Gareth Bale.