El Real Madrid puede ganar LaLiga con un pinchazo del Atlético de Madrid o cerrar la temporada como su uniforme, en blanco. Pero lo que realmente puede ser un golpe para el club, más bien para sus fanáticos, es la salida de Sergio Ramos, que a día de hoy es una posibilidad y con el aliciente de no verlo de nuevo sobre el terreno con la cinta de capitán.
El defensa central no ha renovado con el club y cada día que pasa aparece alguna otra señal de un adiós, como lo que dejó el mundo de las redes sociales con un comentario a Neymar y después su nexo con los jugadores del PSG. Hasta ahora, la próxima temporada comenzará con el dorsal 4 vacío.
Florentino Pérez trabaja en el sustituto hace algunas semanas, con la posible y casi hecha incorporación de Alaba, la insistencia en renovar a Nacho y el resurgir de Militao que sigue arropado por el presidente pese a los fallos del pasado. El sprint final está a la vista y queda muy poco tiempo.
La batalla por la cantidad de años en su nuevo contrato sigue siendo una gran duda para firmar, aunque su lesión, rendimiento a la vuelta y las reincidencias de esa lesión, hacen que Florentino Pérez tenga argumentos para no mover ni un dedo en su oferta, que a todas luces parece seguir en un año y reducción de 10% del salario.
Desde su trinchera, el camero parece tampoco ceder en sus pretensiones que siguen en sí, reducir el salario, sí, aceptar que llegue Alaba con un sueldo cercano o igual al suyo pero no un año, quiere dos. Tal vez por orgullo, tal vez por merecimiento, pero cada quien está en su postura y lo que se muestra es que la próxima temporada habrá un gran vacío en el vestuario merengue.
¿Y las ofertas?
Se suponía que al mejor central del mundo las ofertas le llovieran y pese a su gran nivel, la lesión reincidente que llegó a sus 35 años y parece que recuperarse le cuesta, que no termina de superar el bajón físico y parece no ser tan necesario luego de ver a Nacho y Militao jugando juntos.