La celebración de Vinicius por su gol ante el Celta de Vigo generó tanta euforia como críticas. Por un lado el brasileño mantiene un gran nivel y por otro, la pandemia es el mejor argumento para señalar lo que hizo el atacante del Real Madrid en su abrazo con el público el día que regresaron al Bernabéu.
Pero también dejó historias, como la del socio que cumplía aniversario de haber obtenido su membresía y justo le tocó ver al que se vislumbra como parte importante del futuro del club, en un gol más en su racha, celebrando frente a él con una explosión notoria y el grito del desahogo total.
Pero también uno más joven que también fue figura de las redes estuvo en estas historias porque así como Vinicius les abrazó, él no quiso soltar al jugador apenas llegó a la grada como el niño que ve a su héroe, aferrado a la celebración que ambos necesitaban hace mucho por las tantas cosas que rodean este gol.
Vinicius se sale
Difícilmente se pueda hablar de un jugador candidato a ser el mejor del mundo o al menos top 10, pero el camino que marca Vinicius es considerable y rentable tras la gran inversión realizada por el Real Madrid, que además de dinero depositó mucha confianza también en este joven futbolista que apenas comenzaba a brillar en el Flamengo.
El gol que le hace al Celta, el cuarto de su cuenta esta temporada, marca un nuevo tope máximo en su carrera como blanco y al mismo tiempo encadena la confianza que necesitaba, transformada en goles que además, es lo que más necesita el Real Madrid desde que se fue Cristiano Ronaldo en 2018.
La Champions medirá el talento y capacidad del chico ante el Inter de Milan, equipo organizado y táctico que sabe hacer bien las cosas pese a las ventas de Achraf y Lukaku. Vinicius puede firmar una gran noche en Europa para confirmar que en efecto, mejoró mucho, o por el contrario, regresar al espejismo que ha sido en los últimos años.