El Real Madrid ha pasado en cuestión de semanas de ser un equipo ordenado y competitivo a ser el mismo conjunto caótico y sin pegada que fracasó el año pasado y comenzó tan mal en esta presente campaña. Hay muchas razones que explican el bajón que han dado los merengues últimamente, que les ha llevado a perder el liderato de LaLiga y a caer eliminados en los cuartos de final de la Copa del Rey. Pero por encima de todas estas cosas, hay una sola y tiene nombres y apellidos: Zinedine Zidane.
El francés revivió al vestuario blanco e hizo a ese equipo sólido que ilusionó al madridismo, pero también ha hecho que los madridistas vuelvan a bajar el nivel. El galo no ha dejado de hacer cambios en su once estas últimas semanas para intentar meter en dinámica a futbolistas de su agrado o que cree que pueden ser importantes para el Madrid. Estos jugadores también tienen nombres y apellidos y en este grupo pueden entrar Marcelo, Gareth Bale, Nacho Fernández, Lucas Vázquez o incluso un Luka Modric que cada vez va a menos.
Los merengues se convirtieron en ese conjunto tan complicado de superar gracias a echar el cerrojo atrás y convertirse en un muro en defensa. Ferland Mendy y Fede Valverde han sido claves para esta mejoría, ya que han permitido que compañeros como Sergio Ramos, Rapha Varane, Kroos o Casemiro vivan mucho más tranquilos. Zidane, no obstante, pensó que todo estaba hecho y comenzó a contar cada vez más con Marcelo o Modric, que no tienen el físico y el trabajo defensivo que tienen el charrúa y el francés.
La presencia del brasileño condiciona toda la fase defensiva y ha provocado que el Madrid pierda rigor y vuelva a ser un desorden constante. Ramos vuelve a ser el central inseguro que fue el curso pasado y el anterior y Varane también ha bajado su nivel. Marcelo defiende lo justo y los dos centrales deben salir en muchas ocasiones a su banda para tapar los huecos que deja atrás. Esto hace que el equipo se descoloque, se descompense y sufra mucho más en cada acción del rival.
Valverde, demasiado importante para que rote
Con Valverde sucede algo parecido en el medio, ya que sin sus pulmones y su presencia, Casemiro está más solo que nunca y Kroos no tiene tanta libertad como acostumbró a tener estos últimos meses. Modric sigue siendo muy bueno, pero trabaja menos y se mueve mucho menos que el uruguayo. El centro del campo pierde físico, la defensa también se ve afectada e incluso los delanteros lo notan, ya que deben venir más a recibir. En resumen, el equipo se descompensa y acaba siendo el desastre táctico que fue contra la Real en Copa, contra el Celta o ante el Levante este sábado.
Zidane pareció entender en su día que para ganar algo esta campaña, su Madrid debía ser un 10 en defensa. Así fue como los blancos se auparon en el liderato de LaLiga y se plantaron en cuartos de Copa. En verano ya se sabía que a su equipo le faltaba pegada arriba y por eso pareció decidir echar el cerrojo atrás. Una decisión inteligente que ha estropeado al rotar demasiado a dos hombres vitales como Mendy y Fede para meter a futbolistas que ya no están capacitados para darle ese trabajo que se necesita.
En el deber del técnico también está el no haber sabido o no haber querido meter en dinámica a un Luka Jovic que es el único '9' goleador que tenía en la plantilla (no cuenta con Mariano). El serbio ha jugado muy poco y el entrenador nunca ha decidido darle oportunidades de ser importante. Con un equipo con tan poco gol, intentar que el balcánico y Benzema formen pareja podría haber sido la solución, pero el galo prefirió tirar de Gareth Bale cuando el galés estuvo apto para jugar.
Decisiones que muchos no entienden y que se extienden también en otros casos como el de Rodrygo Goes, Vinicius Jr o Brahim Díaz, que han tenido menos oportunidades de las que deberían ante el panorama tan desolador que había arriba. Vinicius, por ejemplo, encadenó dos partidos seguidos muy buenos y 'Zizou' le premió no dándole minutos en el tercero para poner a otros jugadores que no estaban dando el nivel.
Malas decisiones de Zidane que podrían costar la temporada
En definitiva, aunque nadie debe conocer mejor a su plantilla que Zidane, la realidad es que sus decisiones de estas últimas semanas han sido poco menos que contradictorias. Las rotaciones no le han salido bien y el equipo ha perdido esa identidad que permitió que los aficionados madridistas confiasen en su equipo y se ilusionara. Las cosas ahora son completamente distintas y el Madrid va a jugarse la temporada esta próxima semana con sensaciones malas ante dos gigantes como el Manchester City y el FC Barcelona.
La campaña pasada, los merengues se encontraron en una situación parecida tras caer en Champions con el Ajax. Dos Clásicos en menos de una semana para ver si los de Concha Espina seguían con vida en LaLiga y jugaban la final de Copa. Los de Solari cayeron en ambos y se quedaron sin posibilidad de ganar nada en marzo. Ahora, podría suceder lo mismo, cambiando la Liga de Campeones por la Copa. La única diferencia es que este Madrid ha demostrado que puede competir contra los mejores. El problema es que tiene solo tres días para volver a recuperar esa identidad o el City primero y el Barça después, se lo pueden hacer pagar.