La tranquilidad ha vuelto a Valdebebas, aunque solo por unos días. Tras la importante victoria ante el Liverpool por los cuartos de final de la Champions, con una brillante actuación de Vinicius Jr., el Real Madrid ya se prepara para afrontar otro importante partido de la temporada: el Clásico.
Pero Zinedine Zidane mantiene la calma y no se deja llevar por la alegría momentánea, consciente de que aún no se ha conseguido nada y deben enfocarse en el próximo compromiso en una etapa de la temporada que no dará lugar a equivocaciones: una mala noche supondría una debacle.
Al igual que el Barça de Koeman, los merengues se han visto mejor en sus últimas presentaciones, pese a haber tenido un importante número de bajas a los largo de la temporada, principalmente por lesiones. Ambos se encuentran cerca del Atlético de Madrid en una clasificación que hace unas semanas parecía sentenciada a favor de los colchoneros.
Zidane hace lo posible con lo que tiene
A pesar de no contar con los nombres más llamativos de la plantilla, como Sergio Ramos, Eden Hazard, Raphael Varane o Dani Carvajal (que ha vuelto a entrenarse con el resto del grupo recientemente), el francés parece emular a Koeman en el Barça, que ha debido hacer malabares con sus alineaciones.
Sin embargo, la defensa sigue siendo una de las dificultades para el equipo blanco, por lo que Zizou deberá ingeniárselas para reforzar la línea de fondo y evitar que los azulgranas hagan daño con facilidad. Se espera que el galo salga con un esquema similar al que enfrentó al Liverpool, apostando una vez más por Vinicius y posiblemente dando descanso a Luka Modric.