El Clásico sudamericano entre Brasil y Argentina es uno de los partidos más esperados en todo el mundo. La rivalidad, histórica, entre dos de las mejores selecciones del mundo siempre ha provocado que las miradas estén en el enfrentamiento y, esta vez, en las eliminatorias sudamericanas para el Mundial y pese a la victoria (también histórica) de la albiceleste, la imagen ha sido bochornosa. Por lo que pasó dentro y fuera del terreno de juego.
Será un partido que se recordará más por los altercados, por las batallas y por la intervención de la policía que 'aumentó' la guerra en las gradas del Maracaná, que por lo -poco- que hicieron ambas selecciones sobre el terreno de juego. Después de que se retrasara el comienzo del partido, por los altercados en las gradas entre ambas aficiones, los ánimos estaban demasiado caldeados entre los jugadores. Entre las faltas, los encontronazos, de Messi y Rodrygo por unas palabras del campeón del mundo, y la tensión en el césped, fue un primer tiempo sin mucho fútbol y con demasiada guerra.
Partido sin 'mucho' fútbol
Y es que se llevó la competitividad a otro nivel que deja al fútbol sudamericano, ante este tipo de rivalidades, demasiado señalado. En los primeros compases del encuentro fueron más las faltas que las llegadas al área, pero con el pasar de los minutos fue Brasil quien dejó la sensación de dominio e intención, aunque no pudieron transformarlo en suficientes ocasiones claras contra el 'Dibu' Martínez. Raphinha tuvo una oportunidad con un tiro libre que repelió la barrera a córner y Bruno Guimaraes un lazamiento que Cuti Romero sacó en línea de gol.
Las buenas sensaciones tuvieron continuidad en la reanudación y la 'canarinha' parecía tener todas las posibilidades de adelantarse en el marcador, pero fue Argentina la que golpeó. Lo Celso, desde el córner, puso el balón medido en el área para que Otamendi, quien se aprovechó de un desajuste defensivo de André y Magalhaes, definiera con un cabezazo el 'superclásico' sudamericano.
Argentina hace historia en Maracaná
Fue el punto final del partido, aunque aún quedaban demasiados minutos por disputarse. Brasil se desconectó y no pudo encontrar soluciones para intentar remediar sus errores, pero fue imposible. Fernando Diniz introdujo una serie de cambios, Endrick incluido, pero fue insuficiente. Terminaron con la primera derrota en casa en Eliminatorias y la tercera seguida en esta fase de clasificación, para quedarse en la sexta posición en el final de esta fecha FIFA. De aquí a marzo, resulta obligatoria una sacudida para intentar que la crisis no se profundice aún más.