Francia coge confianza contra Italia en un triunfo con sabor azulgrana (3-1)

El Mundial de Rusia ha dejado de comentarse en futuro para dejar su inicio en apenas unos días, y todos los futbolistas han centrado su atención en llegar al máximo a la importante cita de selecciones. Los últimos encuentros ya no tienen nada de amistosos, y en el duelo entre Francia e Italia fueron los galos los que salieron reforzados.

Es cierto que dejaron alguna intermitencia ofensiva y algunas lagunas defensivas que deben revisar, pero Didier Deschamps puede estar satisfecho del rendimiento de un equipo que podría perfectamente partir como titular. En sus pruebas en los próximos compromisos enseñará sus cartas, porque si repite alineaciones, podría ser un indicador clave.

Quien también puede estar contento con la victoria es el Barça, ya que dejó goles para dos de su jugadores y otro para uno de sus principales objetivos. Muy pronto se adelantaron los de casa tras una falta que salvó en primera instancia Salvatore Sirigu, cuyo rechace quedó muerto para que Samuel Umtiti sólo tuviera que reventarla hacia las redes.

Los pupilos de Roberto Mancini exigían con un juego físico y directo, pero a la mínima que los franceses tocaban, los italianos sufrían demasiado. N'Golo Kanté volvió a inquietar con un disparo al larguero y Kylian Mbappé probo de nuevo al guardamete, y lo que llegó después fue un penalti sobre Lucas Hernández. Su carrera hacia la línea de fondo la cortaron en falta y Antoine Griezmann convirtió con frialdad desde los once metros.

Francia se gustaba pero Italia no se rendía, y tras otro rechace, esta vez de Hugo Lloris a disparo de Mario Balotelli, en esta ocasión era Leonardo Bonucci el que respondía para recortar distancias. 2-1 en el mejor momento del conjunto 'bleu', un marcador con el que se llegó al descanso antes del carrusel de cambios.

Dembélé explota con Francia

Los dos entrenadores optaron por realizar las sustituciones con mesura, en un partido demasiado grande como para empañarlo mareando los onces, y entre los espacios del segundo tiempo el que brilló fue Ousmane Dembélé. El de Vernon fue de menos a más y logró vencer su timidez en la reanudación, con un par de jugadas eléctricas que le metieron de cabeza entre los mejores del encuentro.

Primero fue una carrera espectacular por la banda izquierda con recorte incluido, sentando a dos defensas con un quiebro con la zurda y rematando al larguero con la diestra. Después, tras una acción de Mbappé llegó su golazo, colocando con mucho efecto y calidad -y con la derecha- un balón que hizo imposible la estirada de Sirigu. Pudo moverse el electrónico para ambos conjuntos, pero el 3-1 fue definitivo.