Hace ya algunos días que Luis Enrique fue presentado como nuevo técnico de la selección española, pero además del trabajo acumulado, podría dejarse ver en los próximos compromisos oficiales. Habrá representación de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en el discutido enfrentamiento en Tánger, y el asturiano también estará en las gradas tomando buena nota de lo que ocurra sobre el terreno de juego. No quiere dejar ni un detalle al azar.
La Supercopa de España es el primer título oficial del curso 2018-19, y la batalla entre FC Barcelona y Sevilla ha llamado la atención del seleccionador. El día 31 de agosto debe presentar la que será su primera convocatoria para los duelos en septiembre contra Inglaterra y Croacia, y tanto catalanes como andaluces cuentan con varios jugadores que podrían entrar en sus planes.
Es por eso que el día 12 las cámaras buscarán al de Gijón entre los aficionados, ya que será el primer partido de élite que presencie desde que está en el cargo. En su primera rueda de prensa anunció algunas novedades y nuevas ideas para aplicar al equipo, y podrían quedar claras en cuanto se haga oficial la lista para su estreno en el banquillo.
El Barça, una referencia para la selección de Luis Enrique
Con la ventaja de haber entrenado no hace mucho al Barça, es de esperar que Luis Enrique apueste por algunos de sus ex pupilos, aunque hay varios temas que debe solucionar. No habrá demasiados problemas con la inclusión de un fijo como Sergio Busquets, y Sergi Roberto podría tener su oportunidad porque cuenta con su plena confianza, ya que su polivalencia y acierto gustan mucho al asturiano.
El nuevo seleccionador, además, tiene pendiente una charla con Gerard Piqué, que no ha confirmado si pone fin a su carrera como internacional. Las presiones vividas durante los últimos meses forzaron al catalán a anunciar que renunciaría tras el Mundial de Rusia, pero muchos confían en que no se ha dicho la última palabra y que el barcelonés sigue siendo importante para la defensa de la 'roja'.
Por último, hay voluntad de Luis Enrique y Jordi Alba de acercar posturas tras sus últimos desencuentros en el Camp Nou, con un divorcio calmado por la marcha del entrenador pero cuestionado ahora que volverán a trabajar juntos. Ambos son grandes profesionales, y los objetivos del equipo están por encima de los conflictos personales.