Tras un empate en el arranque del Mundial, todo el planeta se preguntaba si las culpas debía cargarlas Argentina o si Leo Messi quedaba señalado, pero bastó otro partido para comprobar que la 'albiceleste' es un completo despropósito. Una Croacia que fue mucho más equipo dejó a los hombres de Jorge Sampaoli al borde de la eliminación.
El entrenador fue el primer culpable con un planteamiento que logró frenar las fortaleza del rival a costa de olvidar las suyas, porque Luka Modric e Ivan Rakitic no tuvieron su habitual clarividencia -al menos en el primer tiempo- pero los sudamericanos sacrificaron por completo su juego. Sus intentos de atacar se redujeron a los chispazos del '10' o del Kun Agüero y a los pocos pases que los centrales lograron hacer llegar a la delantera.
Aun así, el cruce estaba igualado, porque lo que lograban unos a base de toques los otros lo lograban a base de entrega. Las ocasiones más claras de la primera mitad acabaron una por cada lado, con una oportunidad tempranera de Ivan Perisic que sacó Willy Caballero y un disparo de Enzo Pérez que, a portería vacía, la envió inexplicablemente fuera. El fallo en cadena en la defensa de los 'vatreni' descolocó al portero, pero el centrocampista no logró concretar.
Argentina entierra sus opciones en el Mundial
De Leo Messi esta vez no hubo noticias, porque los planes de Sampaoli le dejaron aislado en una zona en la que no lograba ni llevar peligro ni ayudar a organizar el juego, porque en una Argentina carente de ideas se echó en falta más que nunca a los Ever Banega o Paulo Dybala. Alguien que supiera qué hacer con el balón.
El drama, pese a todo, llegó tras el descanso, con un error de Willy Caballero que fue el principio del fin para los suyos. El guardameta convirtió un pase de su central en un globo demasiado corto, que no superó la presión de Ante Rebic y le dejó el balón a merced para fusilar. 0-1 y sonaron las campanas, porque el Mundial estaba cerca de acabar.
La reacción argentina se quedó en una gran ocasión que tapó Danijel Subasic diez minutos después, porque a medida que crecía la dureza de un partido ya de por sí tosco, Croacia jugaba más con la despesperación de sus adversarios. Duro fue el golazo de Luka Modric dede la distancia, pero con las lágrimas empezando a rodar por las mejillas Ivan Rakitic puso el 0-3. Este viernes serán Nigeria e Islandia los que juzguen si hay última oportunidad o la derrota es definitiva.